La soprano ucraniana Anna Mischenko abandonó su país con sus dos hijos el pasado marzo, tras la invasión rusa. Se dirigió a España por elección personal y recaló en Madrid, donde la compañía guipuzcoana Intermezzo le ha dado la oportunidad de formar parte de su coro en el Teatro Real hasta final de temporada. Este periódico habla con ella sobre sus poco convencionales comienzos en la profesión, su amor por la música y sus ganas de reencontrarse con su marido, que sigue en Ucrania, y vivir en paz.

¿Cómo se encuentra?

-Estoy bien, gracias. Estoy realmente bien aquí. He conocido mucha gente maravillosa, que me ha dado la oportunidad de tener un gran trabajo en mi profesión. Es muy importante para mí hacer lo que amo. Especialmente ahora, porque estaba muy triste cuando dejé Ucrania con mis hijos. No tenía ni idea de exactamente dónde viviríamos, qué deberíamos hacer, qué comeríamos; y tanta amabilidad… Sabía que necesitaba encontrar un trabajo, porque no quiero robar a la gente en otro país, que crean que me deben dar algo. Para mí, no es apropiado que alguien sienta que tiene que hacer algo por mí. Y estaba lista para trabajar limpiando o algo parecido, para tener dinero para comprar comida y tener un lugar para vivir con mis hijos. Y estoy muy feliz de tener esta oportunidad con Intermezzo, soy muy afortunada. Ni siquiera ahora me creo que esto me haya pasado a mí. Estar en este bonito país, en el centro de Madrid. Tengo unos compañeros maravillosos, es realmente fantástico. Creo que las dificultades son una oportunidad para prestar atención a las cosas bonitas, y no estar llorando o pensando todo el tiempo en lo que pasa.

¿Cómo fue el abandonar su país? Su marido sigue allí; ¿se encuentra bien?

-Dejamos el país el 3 de marzo. Fue mi difícil para nosotros, porque tenemos buena relación con mi marido. Llevamos juntos 25 años, por lo que es muy difícil no estar juntos en este momento. Aunque entiendo que esta es la única forma de salvar la vida de mis hijos y, primero de todo, soy su madre. Cuando llegamos a Polonia, vimos a mucha gente, ucraniana y rusa. Dijeron que la situación era realmente extraña. Porque los ucranianos necesitaban ayuda y los rusos a menudo los avergonzaban. Entendí que no podíamos quedarnos en Polonia y teníamos que irnos más lejos. Mi marido está completamente solo, pero nos llamamos todos los días, muchas veces, solo para escucharnos la voz. Nuestra ciudad, Dnipro, es segura ahora, pero los rusos podrían fijarse en ella pronto.

¿Y el resto de sus familiares?

-Es realmente difícil hablar de ello. Mi madre es rusa, mi padre es ucraniano. Muchos de nuestros familiares, que viven en Rusia, se ríen de la situación y todos los días, preguntan a mi madre ¿qué tipo de vida tenéis en Ucrania ahora? Las bromas son inapropiadas en un momento así. Mi madre está en Alemania ahora. Mi hermana volvió ayer (esta entrevista se hizo el jueves 26) a Ucrania, porque cree que la situación está bien ahora, pero no pienso lo mismo. Es demasiado peligroso estar allí, por los misiles y todo tipo de armas. Hay bombas por todos lados, todo el tiempo. No sé exactamente cuándo acabará; creo que todavía será peligroso durante dos años.

¿Cómo llegó a España?

-Es muy interesante, porque fue por elección propia. En 2015, estuve en España con mi marido; estuve en un concierto en el Teatro Real y me encantó. Me encanta este lugar. Creo que nuestra mentalidad es muy similar a la de los españoles. Son muy abiertos, amables y si necesitas algo, siempre tratan de ayudar. Tenía más o menos la oportunidad de ir a Bélgica, Croacia o Reino Unido, pero creo que la mentalidad de la gente española es más cercana a la nuestra. Por eso decidí venir a España. Y también porque tengo una amiga aquí. Son tiempos realmente interesantes los que estamos viviendo, porque hemos estado esperando la ayuda de otros amigos, y ahora tenemos nuevos amigos. Es una época realmente interesante.

¿Se ha sentido acogida por la sociedad española?

-Sí. Hemos conocido a gente de todo tipo, pero la mayoría tienen gran corazón. Para mí, es un milagro, porque entiendo que todo el mundo tiene sus propios problemas y tiene que trabajar cada día.

¿Cuáles fueron sus comienzos como soprano?

-Terminé la escuela secundaria en 1994 y decidí que nunca, nunca, me convertiría en música. Nunca. Porque no todos los días eran amables para los músicos. Decidí ser ingeniera de minas y mi primer título de educación superior es Ingeniería de Minas. Cuando tenías 25-26 años, tuve a nuestro primer hijo, que tiene ahora 17 años. Y cuando tuve al segundo, admití que tenía un don; puede que todo el mundo tenga su propio don, pero a menudo no le prestamos atención. Comprendí que no quería volver a mi trabajo en la universidad y que quería hacer otra cosa. Cuando tenía 31-32 años, me dije ¿por qué no puedo tener una educación musical profesional con esta edad? Fui a la academia musical y tuve buenos profesores; además, uno de los alumnos había venido a Madrid y había estudiado en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Por él supe de Milagros Poblador, una profesora de canto maravillosa; dimos dos o tres clases privadas en 2016 y 2018, cuando vine a Madrid con mi marido. Y ahora estoy en el Teatro Real con Intermezzo; es una buena oportunidad para continuar mi carrera.

¿Cómo descubrió Intermezzo y su oferta para trabajar con cantantes líricas ucranianas que habían abandonado el país?

-Cuando llegamos a Madrid, el 12 de marzo, estábamos muy confusos sobre dónde estábamos, que deberíamos hacer ese día, qué hacer el siguiente… Dejé a mis hijos con mi amiga, fui al parque del Retiro, luego al Museo del Prado y finalmente al Teatro Real. Era domingo. Entré y les pregunté a los guardias si tenían algún trabajo para una soprano ucraniana y me dieron el email de Intermezzo. Pero pensé ¿por qué debería escribir a esta compañía? ¿quién soy? No soy nadie. Escribí a mi profesora, Milagros Poblador, le expliqué que estaba en Madrid con mis hijos , que no tenía ni idea de qué debería hacer aquí y que estaba lista para trabajar de cualquier cosa. Me escribió Anna, si se me ocurre algo, te lo hago saber. Dos o tres días más tarde, me dijo que necesitaba enviar mi currículum y una grabación de vídeo a alguien y, después de ver mi vídeo y leer mi CV, la compañía me dio la oportunidad de trabajar aquí.

Va a cantar ‘Jeanne D’Arc au bûcher’, ‘La damoisele élue’ y ‘Nabucco’ en el Teatro Real. ¿Lo ha hecho en otras ocasiones?

-No, nunca; es lírica nueva para mí. Porque, no solamente en mi pueblo; en mi país, ese tipo de música (Honnegger, Debussy…), es muy inusual. Nunca he tenido la oportunidad de aprender este material; es totalmente nuevo. Pero las clases con Intermezzo están tan bien previstas, que no tuve ninguna dificultad con este nuevo material. Hay grandes músicos, son como joyeros; cada nota, cada acorde… Y los compañeros también son muy buenos. No hablo castellano y todos tratan de ayudarme. No es difícil para mí. Incluso ayer, estaba muy cansada, pero muy feliz con esta oportunidad para hacer mi trabajo, lo que más amo.

Desde que comenzó la invasión, ha habido boicot a artistas y creaciones rusas. ¿Cuál es su opinión?

-Creo que si una persona apoya esta invasión del ejército ruso a nuestro absolutamente pacífico país, esa persona debería cambiar su opinión o no estar en público; porque no es apropiado en el siglo XXI ser una nación tan peligrosa, como lo es la rusa ahora. Para mí es difícil describirlo, porque no me gusta odiar a nadie, nunca; para mí, es un sentimiento inapropiado, porque solo quiero dar amor a todo el mundo, con mi música, en mis relaciones, etc. Pero en esta situación, si alguien piensa que puede coger algo que no es suyo, podemos hacer lo mismo e ignorar a esa gente. Perdón si mi explicación no se entiende, pero lo siento así. Creo que la gente necesita vivir en paz. Por favor, haz lo que te gusta y hazlo de la mejor manera, pero por favor, no toques algo que no es tuyo. Eso es todo.

¿Tiene planes una vez que la temporada en el Teatro Real termine? ¿Seguirá con Intermezzo?

-En esta situación, he visto que no puedo planear nada. Solo puedo soñar, pero si tuviera la oportunidad de continuar mi relación con esta maravillosa compañía estaría muy contenta y agradecida. Y sería feliz si mis hijos pudiera tener una gran oportunidad aquí también. Este año, estamos absolutamente seguros que no volveremos a Ucrania, porque creo que es realmente peligroso. Mi marido me apoya absolutamente con esta conclusión; entiende que nuestros hijos necesitan estar seguros. Por ello, si tuviera la oportunidad de continuar mi relación con Intermezzo o tener cualquier otro trabajo, estaría realmente agradecida.