El anuncio que se vio obligada a poner Bette Davis buscando empleo como “toque de atención” a la industria del cine tras ser apartada de Hollywood por haber superado los 50 años está detrás de Loba (She Wolf), la nueva producción del Teatro del navegante que se podrá ver mañana y el sábado a partir de las 19.30 horas en Lugaritz.
“El texto es ficción, pero parte de una realidad y un anuncio que sí existieron”, cuenta la actriz Béatrice Fulconis, que da vida a la mítica intérprete en la obra, sobre un supuesto encuentro entre Davis y el guionista Lukas Heller, autor del guion de ¿Qué fue de Baby Jane?, en las oficinas del Hollywood Reporter, a las que había acudido para poner su anuncio.
La conversación entre ambos es la excusa perfecta para hablar de la trayectoria y “la complicada” vida personal de la actriz y de cómo, una vez superados los 50, Hollywood decidió dejarla al margen. “Fue una mujer adelantada a su tiempo, pero no solo por cómo era ella, también porque era la única que se atrevía a hacer lo que otras actrices no querían, como interpretar a la malvada, algo que le daba mas juego que ser la típica mujer florero”, señala Fulconis.
Sus dos divorcios, su lucha por ser ella misma la que eligiese los papeles y la que gestionase su dinero la fueron alejando de la industria. Algo que terminó de acentuarse al llegar a la cincuentena. Una realidad que, más de medio siglo después no es tan desconocida para muchas actrices. “Una mujer desaparece del teatro y del cine al cumplir los 50 años. Nosotras nos convertimos en viejas mientras que los hombres maduran. Su anuncio era un toque de atención a Hollywood”, explica.
Escrita por Juan Mairena y dirigida por Xiqui Rodríguez, la otra mitad del Teatro del navegante y quien se convierte en el guionista Heller, Loba (She Wolf) recala en una Donostia que sí se acordó de la actriz en sus últimos años. “La propia Davis dijo que el Zinemaldia le había dado su última oportunidad de salir por la puerta grande, por lo que es muy especial poder representarla allí”, asegura Fulconis, para quien es “un chollo” poder convertirse en ella. “El proyecto surgió en el confinamiento y me sumergí en muchísima documentación sobre ella. Además, el documental El último adiós de Bette Davis ”, afirma.
Las dos representaciones en Donostia llegan, además, con la celebración mañana del Día Internacional del Teatro. Una oportunidad especial de “reivindicar el carácter social” de la disciplina, algo que lleva haciendo esta compañía vallisoletana desde su origen, del mismo modo que trató de hacer Davis en vida.