- Mi hijo sólo camina un poco más lento es un retrato de una familia afectada por la enfermedad de uno de sus miembros o simplemente por el fugaz paso del tiempo. Porque sí, incontrolablemente, la vida pasa y lo hace demasiado rápido.

Del dramaturgo Ivor Martinic, cuidadosamente dirigida y mimada por Fernando Bernués y con actuaciones de un elenco de nivel formado por los actores y actrices Miren Arrieta, Klara Badiola, Mireia Gabilondo, Asier Hernández, Ander Iruretagoiana, Xabi (Jabato) López, María Redondo, Martxelo Rubio, Jose Ramón Soroiz y Dorleta Urretabizkaia, esta pieza tiene la capacidad de hacer llorar y al instante de golpear al espectador, removiéndole las entrañas por situaciones cotidianas que se dan en la vida.

Miedos, incertidumbre, enfermedades, la envidia... la vida en estado puro se representa este fin de semana en el Teatro Arriaga de Bilbao, antes de su paso por el Teatro Victoria Eugenia de Donostia entre el 24 y 26 de febrero. Mi hijo sólo camina un poco más lento es una montaña rusa de emociones que van y vienen a medida que los personajes desarrollan los argumentos. “Lo bueno es que engancha desde el minuto uno porque el texto es magnífico y los actores lo bordan”, concretó ayer Bernués.

En la obra, Mia, encarnada por la actriz Mireia Gabilondo, es una mujer que se enfrenta, entre otras cosas, a la enfermedad degenerativa de Branko, su hijo mayor. Ella se encarga de asumir el cuidado de su hijo y de su madre, que padece una enfermedad mental. Las historias y los personajes fluyen en torno al cumpleaños de Branko. Esa fiesta es el detonante para hablar, con humor, sencillez y una sinceridad abrumadora, de todo lo que alguna vez nos ha importado: la familia, el paso del tiempo, la aceptación del que es diferente, de la vejez, de la juventud, la belleza, la soledad. En definitiva, como resume el propio Bernués, de las pequeña cosas de la vida.

La nueva producción de la compañía donostiarra Tanttaka afronta esta obra como un reto en una situación que, sin duda es, describe su director, compleja y excepcional derivada de los problemas de la pandemia: “Son muchos actores en escena y vamos a cruzar los dedos de que vayamos sorteando el virus”, dijo Fernando Bernués.

Aunque a primera vista puede resultar una obra sencilla, solo es necesario pararse a analizar los detalles que le dan forma, como la historia en sí (formada de muchas pequeñas vivencias); la propia escenografía se desarrolla en la casa familiar, con los personajes en planos diferentes: “La función necesita algo esencial por eso nunca pensé en recrear algo más constructivo que más insinuado. Había una cosa que me interesaba mucho: dar presencia a segundos planos, es decir, mientras que las escenas se producían, que la cotidianidad estuviera también presente con detalles. Intento en todo momento dar la información suficiente y diferenciar los distintos espacios”, afirmó el director.

La obra se estrena hoy en euskera en Arriaga a las 19.30 horas y mañana y el domingo, a las 19.00 horas, en castellano. Hasta el momento la compañía ha cerrado una treintena de funciones por teatros en Euskadi. “Estamos muy contentos con el comienzo, y más teniendo en cuenta cómo está la situación en estos momentos”, concluyó Bernués.