La obra del pintor donostiarra Gonzalo Chillida refleja por primera vez en París el universo creativo del artista, considerado una de las figuras más representativas de la abstracción lírica española y para quien la naturaleza ocupaba un rol central.

El Instituto Cervantes de la capital francesa, donde estará hasta el 22 de febrero, es a partir de este martes la primera etapa de una gira que recalará en 2022 en sus centros de Roma y Tokio y que finalizará, en 2023, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

La elección de París no ha sido casual. "Tenía 25 años en 1951, cuando fue al Colegio de España, y permaneció hasta 1953, tres años en los que de pronto cambia completamente de estilo, empieza a experimentar con la geometría, con el postcubismo", explicó a EFE la comisaria e hija del artista, Alicia Chillida.

La muestra reúne 34 pinturas, 10 litografías y unas 180 fotografías y fotocollages, y está concebida como una pequeña "maleta de viaje" que cuando llegue a Bilbao se ampliará con otras creaciones.

"Su obra es genuina porque su manera de ser está aplicada en esa obra. No buscaba unos propósitos comerciales, sino una pulsación vital de crear, y en esa creación la naturaleza, el mar, el bosque, tiene cabida no como un placer estético, sino como un entendimiento de su entorno", añadió Javier Novo, coordinador del área de Conservación e Investigación del Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Esa obra habla de él porque Chillida (1926-2008) rehuía el protagonismo personal. Es la que se expresa en su lugar, según reiteraba él mismo, hermano del escultor Eduardo Chillida, quien sí alcanzó mayor fama.

"Tenía muy claro que su carrera era muy diferente a la de su hermano. De hecho, solía decir que eran dos coches de distinta cilindrada que corrían en circuitos distintos. Era un hombre muy determinado en su vocación. Pintó desde muy joven y hacía realmente lo que quería y como quería", sostuvo la hija.

La muestra es fruto también del apoyo del Etxepare Euskal Institutua y de Acción Cultural Española (AC/E) y tiene aportaciones de la familia y de otras colecciones particulares y públicas, de forma que esta primera retrospectiva en el extranjero abarca de 1950 hasta 2007.

"Es importante hacer de altavoz no solo de la cultura más conocida y reconocida, sino también de aquella otra que ha permanecido más de lado por voluntad del propio autor", apuntó en la presentación en París Irene Larraza, directora general del Etxepare Euskal Institutua.

Chillida experimentó con el cubismo, la geometría y la fotografía. Las fotografías le servían al principio de apuntes para sus posteriores cuadros, pero sus imágenes acabaron siendo tan profusas y constantes, según su hija, que adquirieron un valor propio de forma paralela a la pintura.

La exposición incluye además la película "La idea del Norte" (2016), dirigida por Alicia Chillida y por Benito Macías, que en sus 40 minutos de duración profundiza en el proceso creativo del pintor y en la capacidad de observación de esa naturaleza que centró de forma recurrente su trayectoria.