- La Federación de Cines de España (FECE) ha pedido al Gobierno Vasco que “reconsidere” su decisión de mantener la prohibición de comer en los cines, una medida que recurrirá la Asociacón de Salas de Cine de Euskadi (EZAE), que está ultimando la documentación para acudir a los tribunales “en breve”.

EZAE pedirá “medidas cautelarísimas” para poner fin a una restricción que el Ejecutivo de Urkullu decidió mantener el viernes y ante la que ayer volvió a reaccionar FECE, dado que la situación “sigue atascada”.

“La reciente prohibición del consumo de alimentos en salas de cine no tiene ninguna justificación con la evolución actual de la pandemia. La medida supone cortar de raíz una fuente de ingresos fundamental”, destacó la Federación de Cines de España en un comunicado.

FECE, a la que están adscritos 18 cines vascos que suman 136 pantallas, reiteró su apoyo a las salas de Euskadi y denunció “la vulnerabilidad de las empresas en un entorno de constantes cambios normativos que no son acordes con la evolución de la pandemia y que ponen en serio peligro la recuperación del sector”.

“Teniendo en cuenta la situación de la pandemia, con una tasa de vacunación del 81%, sólo se puede entender la decisión desde una absoluta falta de empatía con el sector. Las consecuencias, de no corregir la medida, serán devastadoras en el corto y medio plazo, provocando de manera inevitable el cierre de cines”, afirmó.

Asimismo, añade que “no permitir el consumo de alimentos en los cines, mientras que sí se permite en otros recintos cerrados como en la hostelería, no sólo supone una contradicción, sino que además comunica de manera equívoca el mensaje de que no es seguro ir al cine”.

Proyección. La productora Lumiere Produkzioak denunció ayer a través de una nota un supuesto boicot a la película Aztarnak, dirigida por la donostiarra Maru Solares, por parte de la empresa Sade, que se ha negado a exhibir el filme en los cines Príncipe, Antiguo Berri y Trueba de Donostia. La decisión de aplicar esta medida se debe a que el largometraje fue una de las 19 producciones que participaron en el pasado Zinemaldia en el acuerdo al que llegaron el festival y Movistar para que ciertas películas se viesen online con un máximo de 500 visionados. Un acuerdo que fue muy mal recibido por Sade. Como consecuencia de este boicot, la productora ha emitido una factura compensatoria a la empresa por la misma cantidad que pagó para hacer uso de una de sus salas en un pase previo al Zinemaldia.