l mundo cambia al compararse con su pasado. Y cada uno de nosotros también, cuando miramos atrás para seguir adelante. Esta parece ser la inspiración de El día de mañana, estrenado en ETB-2 el pasado miércoles, al mando de Dani Álvarez y producción de K2000. No podía haber sido mejor, porque lo que vimos fue televisión de primera clase, por la profundidad alcanzada con la historia de Edurne Pasaban, sus éxitos y su descenso al abismo de la depresión, que la llevó a dos tentativas de suicidio, ingreso en el psiquiátrico y siete años de convivencia entre la enfermedad y la escalada de elite. Impresionante. Con 14 ochomiles en su palmarés y siendo la primera mujer del mundo en alcanzar todos los techos del planeta, la alpinista tolosarra no tuvo reparos en mostrarse frágil y fuerte a la vez y señalarnos el precio de una vida de cumbres y fracasos personales.

No hay grandes relatos en la tele sin la construcción de un clima de diálogo que propicie el fluir de las emociones hasta sus últimas consecuencias. Dani Álvarez extrajo el alma a Pasaban y de ahí el torrente de secretos, lágrimas y risas, incluso la intimidad y los amores, a lo que rara vez llega un vasco -o una vasca- en público. Podía haber pasado de largo del choque con Juanito Oiarzabal, pero no lo eludió. Aquello fue una anécdota en la trayectoria de ambos montañeros. Sabemos que la cima más alta a la que ha llegado Edurne es la maternidad a la tardía edad de 43 años. No hay mayor Everest que Max, el niño que puso paz en la trayectoria vital de esta admirable señora, ejemplo de tantas cosas buenas.

Promete mucho este primer episodio. Llegarán Joaquín Achúcarro, Juan Luis Arsuaga, Paco Etxeberria, Miren Arzalluz con todo su apellido a cuestas, Gabriel Rufián, Ernesto Valverde y Fernando Aramburu con su sobrevalorada novela, Patria. Que pase el siguiente.