- Kresala soplará 50 velas el 19 de octubre del próximo año. En aquella fecha de 1972 proyectó su primera película, Ensayo de un crimen, de Luis Buñuel, uno de los largometrajes programados dentro del último ciclo Nosferatu dedicado al director aragonés, que pudo volverse a ver el pasado 2 de junio en Tabakalera. La sesión, que estuvo presentada por dos de los fundadores del cineclub, Luis Berasategui y Fernando Mikelajauregui, sirvió de aperitivo de los festejos que se iniciarán oficialmente en enero en el Teatro Principal de Donostia con la exhibición de El viento, película muda que contará con música en directo.

Una de las actividades principales, no obstante, llegará a finales de marzo de 2022. No en vano, entre el 25 y el 27 de ese mes Donostia acogerá un Congreso Nacional de Cineclubs. Este cónclave mezclará actividades lúdicas y una programación con mesas redondas y charlas sobre la actualidad de estas asociaciones. Son varias las problemáticas a las que se enfrentan estos grupos: la cuestión de los derechos de las películas -“¿Qué se puede hacer con ellas cuando expiran?”-; la nueva Ley del Cine que no hace referencia a los cineclubs -“Para el ICAA nuestras pantallas no existen”- y la dificultad de acceder a ayudas son algunas de las cuestiones que se debatirán en un congreso en el que se buscarán estrechar lazos para hacer acción común.

Los festejos, por su parte, se prolongarán casi dos años. Por cuestiones de disponibilidad de la casa de cultura Ernest Lluch, Kresala retrasará hasta el primer trimestre de 2023 la instalación de una exposición sobre la historia del cineclubismo basada en una investigación que se encuentra llevando a cabo miembro de la dirección de Kresala Ander Gisasola. “Tenemos unas líneas generales: nos llevará desde 1920, cuando se crearon los primeros cineclubs en París, hasta los cineclubs de hoy en día: cómo han ido evolucionando, qué función han cumplido en la sociedad y qué han aportado a la cinematografía esos espacios”, explica Gisasola.