n su afán por recrear contextos musicales y tal como hizo con Juan Sebastián Elcano y la primera vuelta al mundo, Euskal Barrokensemble se ha acercado a otra figura histórica. Subh, también conocida como Aurora y al-Baskunsiyya, es decir, La vascona, es la mujer que la agrupación dirigida por Enrike Solinís ha decidido sacar a la luz, en un proyecto multidisciplinar titulado Subh, la esclava que gobernó Al-Ándalus y que se estrenará el próximo miércoles en el Kursaal (a las 17.00 y a las 19.30 horas) con hasta 22 artistas en escena.

A Solinís, que atiende a este medio desde Madrid, donde su agrupación ofrecerá hoy un concierto, se le nota entusiasmado cuando habla de su iniciativa musical, de marcado carácter divulgativo y, también, cuando cuenta el devenir de la protagonista: "Seguramente en la historia de Euskal Herria es uno de los personajes más importantes. No en vano, regentó Al-Ándalus en el siglo X". No fue la única. De hecho, durante los ocho siglos que los musulmanes permanecieron en la península hubo hasta cinco generaciones de "califas de madre vascona". En dicha corte, las mujeres con rasgos del norte de Europa llamaban mucho la atención, resultaban atractivas. En este sentido, era habitual encontrar en la corte de Córdoba, por ejemplo, esclavas con dichos rasgos. Fue el caso de Subh -se desconoce su origen exacto, aunque algunas fuentes aseguran que hablaba euskera-, que acabó convirtiéndose en una de las favoritas del califa Alhakén II, según explica Solínis, por su capacidad para el canto, las artes, la escritura y su enorme inteligencia. Subh fue madre del heredero del califa omeya de Córdoba y a la muerte de Alhaken II, en el año 976, y siendo su hijo menor de edad y, por lo tanto, incapaz de gobernar, se alió con Almanzor, un militar de la corte, para poder acceder a la regencia: "Todas las cuestiones de palacio, excepto el ejército, pasaban por sus manos". No obstante, hacia finales del siglo X, un distanciamiento entre ambos, motivado por intrigas de la corte, llevaron a un cada vez más acentuado destierro político de Subh.

Solinís destaca la importancia de la figura de esta esclava-cantora debido, precisamente, a su presencia en textos árabes de la época, algo muy poco habitual en el caso de figuras femeninas, dado que en aquel periodo "la mujer era absolutamente ignorada".

Por otro lado, el músico bilbaino reflexiona sobre el motivo del desconocimiento existente sobre esta y otras figuras: "¿Cómo no conocemos a una mujer tan relevante a nivel histórico y político? La de Subh es una luz extraña en la historia de la península y de Euskal Herria, desde luego". Así, señala al etnocentrismo del relato oficial y religioso impulsado tras la caída de Granada en 1492 y la conclusión de lo que se conoció como La Reconquista. En este sentido, figuras como la de Subh, o también el filósofo Judá Leví, nacido en Tutera, jamás se habrían considerado "propias", al tiempo que, por el mismo motivo, no se prodigan nada traducciones al castellano de textos en árabe de la época, "perdiendo mucha información y gran parte de nuestra herencia cultural". "No se toma como nuestro porque hay una especie de prejuicio hacia la herencia árabe, más aún hoy en día", asegura Solinís.

Para este músico, el atractivo no se encuentra solo en lo histórico, sino, obviamente, también en lo musical. En Subh, la esclava que gobernó Al-Ándalus se unen cantos mozárabes, cantigas, el Códice de las Huélgas... No en vano, todo ello emergió en aquel periodo de efervescencia cultural -también se produjo en esta época primeros intentos de escribir música que se dio en el Reino de Navarra- que acabaría influenciando al cancionero vasco, relata Solinís, a través de la músicas que utilizó la Iglesia en la Edad Media en su virtud evangelizadora, uniendo melodías y tradiciones precedentes como las que se han citado: "Cualquier melodía que Aita Donostia o Azkue recogieron hace 100 años tiene un perfil melódico que debe mucho a este periodo y a estos cantos religiosos que la Iglesia propagó y que luego la gente modificó".

Fue un periodo "emergente y de gran creación" que también tendrá su reflejo en el espectáculo del Kursaal: "Intentamos contar toda esa serie de historias que describen la vida de Subh en un contexto musical muy importante". Música, danza y textos recitados tomarán la escena en un espectáculo con hasta 22 artistas de todo tipo, desde guitarristas hasta bertsolaris, pasando por recitadores. Además de Euskal Barrokonsemble, que tiene su base de operaciones en la iglesia de Azkarate, actuará el grupo vocal Capilla Wasconiae, la cantaora Rosario La Tremendita, el bertsolari Julio Soto, los bailarines de Duo Warda Mallal de Danza Andalusí y Bikotea Bilaka Dantza Kolektiboa, así como el actor donostiarra Josean Bengoetxea, que se encargará de recitar textos seleccionados por el historiador Mikel Zuza.

Asimismo, la gran mayoría de los instrumentos que utilizarán son "especiales". Es el caso del laud andalusí que tocará el propio Solinís, construido a partir de una miniatura medieval de un libro conservado en el Vaticano y construido por un lutier especializado en instrumentos de época. La tradicional alboka, que tiene su origen en el árabe al-buk, la percusión, la flauta, el salterio, el ravel, la fídula y la txalaparta serán otros de los instrumentos.

"Subh es, seguramente, uno de los personajes más importantes de la historia de Euskal Herria"

Euskal Barrokensemble