- En 2018, una serie de festivales de cine, entre ellos el Zinemaldia, firmaron la Carta por la Paridad y la Inclusión de las Mujeres en el Cine; un compromiso por el que se obligan, entre otras cuestiones, a ofrecer estadísticas de género después de cada edición y algo que la Berlinale lleva haciendo desde el año 2004, aunque “a nadie le importaba”.

Así lo recordó ayer la responsable de la sección Panorama y miembro del comité de selección del apartado a competición del Festival de Cine de Berlín, Paz Lázaro, en una mesa redonda titulada Festivales, feminismo y brecha de género que se celebró dentro del curso de verano de la UPV/EHU Miradas críticas sobre los festivales de cine: historia, cultura y política que se inauguró ayer.

La mesa redonda, moderada por la directora de Comunicación del Zinemaldia, Ruth Pérez de Anucita, se completó con la presencia online de Marta Selva, la que fuera directora de la Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona, creada en 1993, y profesora de Teoría y análisis del Film y la Televisión de la Universidad Rovira y Virgili (URV) y profesora del Máster de Documental creativo de la UAB, Marta Selva.

Pérez de Anucita estableció un marco cronológico, un punto de inicio y un final para enmarcar la evolución del tema a tratar. En este sentido, recordó dos hechos, el ciclo dedicado a mujeres cineastas que en 1978 programó el Zinemaldia por el impulso de la Asamblea de Mujeres de Donostia y la imagen de las 82 mujeres, encabezadas por Cate Blanchett, que en 2018 protestaron en la alfombra roja de Cannes y denunciaron que, precisamente, solo 82 mujeres en toda la historia del festival galo habían optado a luchar por la Palma de Oro -la única mujer en ganarlo fue Jane Champion-, frente a más de 1.600 cineastas hombres que también lo han hecho. “¿Qué ha ocurrido estos años? ¿Dónde estamos ahora?”, preguntaba Pérez de Anucita a Lázaro y Selva.

La responsable de Panorama, una sección que nació en los 70 para hacer de “puente” entre la Sección Oficial, controlada entonces por las grandes productoras, y Forum, que apostaba por el cine autoral, comentó que cuando ella llegó a la Berlinale hace dos décadas ninguna mujer dirigía ninguno de los apartados; algo que ahora es más habitual: “No cabía en la cabeza que una mujer pudiese dirigir nada”.

Berlín siempre ha innovado en este aspecto. De hecho, de cara al año que viene ya han anunciado que se unificarán los premios de Mejor actriz y Mejor actor y solo existirá la categoría de Mejor interpretación. Aún más, este año estrenaron una dirección bicéfala: el italiano Carlo Chatrian actúa como director artístico, mientras que la neerlandesa Mariette Rissenbeek es la directora ejecutiva.

Sobre esta última cuestión, Lázaro se mostró recelosa y comentó que aún queda mucho por hacer y que es el momento de reflexionar si el punto al que se ha llegado es suficiente o se deben seguir promoviendo más cambios. En este sentido, censuró el hecho de que se atribuya a la mujer el carácter de gestión, mientras que al hombre se le dé el valor de lo artístico. “En lo artístico la mujer tiene que luchar mucho más duro para conseguir lo mismo que un hombre”, afirmó, al tiempo que subrayó que el apoyo de la prensa y su interés en aquello que “antes no interesaba” es determinante para seguir avanzando. En este sentido comentó que fue la presión de la prensa la que hizo que los festivales de cine informasen de cuál era la representación de las mujeres cineastas cada vez que se emite la nota de prensa con la Sección Oficial.

También habló Selva sobre los medios de comunicación y se preocupó sobre la construcción “del discurso”. La experta manifestó su preocupación sobre aquellos que quieren “borrar la historia” y sobre la aceptación de la aparición constante de “nuevas cineastas” como método para invisibilizar el pasado. A su juicio, se trata de una “invisibilidad articulada” y planteada para “no asumir los retos y los cambios” desde la Segunda Ola del feminismo. “Detrás de cineastas como Iciar Bollaín se encuentran otras como Josefina Molina y Cecilia Bartolomé”, afirmó rotunda, mientras añadió que existe la necesidad de “establecer indicadores” que expliquen por qué las aulas están llenas de mujeres que quieren aprender el oficio, pero al llegar a la profesionalidad abandonan el sector.

Lázaro comentó que el público en la Berlinale es muy activo y que si se han producido cambios han venido de manos de los espectadores. En cuanto a la selección de Panorama, expuso que suele resultar complicado programar con un criterio de paridad al 50%-50%, teniendo en cuenta que solo el 30% de las cintas están dirigidas por mujeres. En este sentido, entre las 2.000 y 3.000 películas que llegan para ser seleccionadas, aseguró que la mayoría pertenecen a un perfil “heterosexual, masculino y burgués”.

Por ello tienen que hacer un “esfuerzo activo” para hallar cintas interesantes y que respondan a la filosofía de la sección, explicada por el propio festival: “Panorama es explícitamente queer, explícitamente feminista, explícitamente político y, al mismo tiempo, busca pensar más allá de estas categorías”. De cualquier modo, Lazaró, que afirmó que por ser una mujer programadora los periodistas le llegan a hacer preguntas que no se las harían a un hombre, subrayó que el primer criterio para seleccionar una obra es siempre su calidad artística y que es después cuando entran en juego estas u otras cuestiones -“hay mucha gente discriminada”-.

Selva también coincidió en que si un festival quiere poner sobre la mesa “una determinada cultura, prisma político o planteamiento ético” hay que salir a buscar esas obras. “Programar no es hacer una lista”, aseguró la exresponsable principal de una muestra que en esta pandemia y bajo el paraguas de Filmin ha tenido hasta 60.000 espectadores.

A su vez, rechazó el término “discriminación positiva” a la hora de programar, para afirmar que lo que siempre han hecho es “una acción positiva 100%” para revertir una situación: “Las cineastas no son las bolas del árbol de Navidad, somos el árbol y somos las hojas”.

9.30 horas. Las rupturas del largo 68, a cargo de Pablo La Parra Pérez.

11.00 horas. Caso de estudio: Festival en Transición: el 68 tardío del Zinemaldia, a cargo de Pablo La Parra Pérez.

12.15 horas. Mesa redonda: Desafíos de programación para los festivales del siglo XXI. Intervendrán Pablo La Parra,

Víctor Iriartey Charlotte Serrand.