l donostiarra Julio Santos se le “cruzó” un día por la cabeza un cambio y pensó en dejarlo todo y recorrer el mundo junto a su familia. Lo que no se imaginaba era que de esta aventura de tres años regresaría con dos personajes para una historia infantil. “En Sudamérica, en la Ruta 25, en medio de la nada, me vinieron y ya no me los pude quitar de encima”, recuerda. Siete años después, Las aventuras de Txano y Óscar -como se llaman las creaciones- se ha convertido en una de las sagas más leídas entre los más pequeños, con cifras que incluso se han multiplicado durante el confinamiento.

¿Quién iba a decir que uno de los mayores éxitos juveniles surgiría de una autocaravana? “Nunca había pensado en algo así, pero escribí la historia y a mis hijos les gustó. Hice otras dos y les encantaron, así que vi que podían publicarse y gustar a más personas”, cuenta este informático que un día se atrevió a decirle a su mujer un plan que llevaba tiempo rondando su cabeza: dejarlo todo para irse a recorrer el mundo. “Sorprendentemente me dijo que sí, así que durante todo un año planificamos qué iba a pasar con el trabajo, el dinero, el colegio... y nos fuimos”, relata.

Así, en octubre de 2013 dieron inicio a una aventura de tres años. El primero de ellos dedicado a Europa, el segundo a Sudamérica y el tercero a Norteamérica, aunque este último tuvo que ser modificado por causas familiares y se redujo a España y Portugal.

Fue en el segundo año de viaje cuando Santos se cruzó con Txano y Óscar. Concretamente, el encuentro tuvo lugar en la carretera 25 de Chile, en un desierto en medio de la nada. “Me vinieron a la cabeza los dos personajes, sus nombres y cómo tenían que ser. Retuve todo lo que pude de ellos mientras conducía y en cuanto paramos cogí el ordenador y empecé a desarrollarlos”, rememora.

Este donostiarra se imaginó una colección juvenil protagonizada por dos hermanos mellizos que sufrían divertidas aventuras inspiradas en Los Cinco y Los Hollister, sus referentes en la infancia. No obstante, todavía le quedaba lo más complicado por conseguir: una buena historia.

Esta llegaría en otro lugar insospechado, San Pedro de Atacama, un pueblo situado en una meseta árida de los Andes. “En medio de la nada”, Santos descubrió un museo de meteoritos y averiguó que ese desierto es el mejor para encontrar aerolitos. “Aluciné tanto que tuve claro que la primera historia iría sobre un meteorito”, explica.

Entonces, llegó todo un proceso para hacer realidad la saga. En primer lugar, le envió la historia a su cuñada, Patricia Pérez, quien aceptó ilustrarla mientras él continuaba con su vuelta al mundo. Una vez tuvieron el primer libro, La piedra verde, “aprendieron a publicarlo”. En 2017 llevaron a cabo un crowdfunding que funcionó muy bien y un año después consiguieron un acuerdo con Elkar para su distribución. Txano y Óscar habían saltado del desierto chileno a Euskadi.

De ‘online’ al papel

“Está siendo un año muy bueno”

Desde el primer momento, Las aventuras de Txano y Óscar han tenido una gran acogida y la saga ya consta de seis números, a los que en diciembre se le sumará uno más. De hecho, la recepción está siendo tan positiva, que uno de los personajes secundarios, Sara-Li, tendrá su propio spin-off próximamente.

Además, la primera de las aventuras está disponible para descargarse gratis en la página web txanoyoscar.com, lo que propició que muchísima gente se interesara por estos dos personajes durante el confinamiento. Esta entrega ya ha superado las 400.000 descargas.

“Aunque está siendo un año muy raro para todos, para nosotros está siendo bueno. Gracias a que mucha gente ha conocido la saga descargando online la aventura, ahora se han animado a comprar los libros en papel”, cuenta Santos.

Ni siquiera un mercado vasco cada vez más saturado de ficciones infantiles similares -Onin, Kanide...- puede con este boom. “Está bien que estemos varios autores con sagas parecidas y tengamos una competencia sana. Lo más importante es que se fomente la lectura entre los chavales”, añade el escritor, quien cree que cada vez es más complicado que los niños lean: “Si conseguimos sacarles 15 o 20 minutos al día para que lean nuestras historias, conseguiremos engancharles”.

El viaje que realizó este donostiarra y su familia parece no tener fin y ya planean por su cabeza nuevas historias con las que prolongar la saga literaria, aunque estas “cada vez cuestan algo más en salir”.

Para lo que no tiene tiempo es para contar precisamente la odisea que realizaron durante tres años. Santos tiene escrito el libro sobre la ruta, pero le falta tiempo para maquetarlo, corregirlo y publicarlo. “Es una asignatura pendiente. Afortunadamente, Txano y Óscar me quitan demasiado tiempo”, concluye con una sonrisa.

“Si conseguimos sacarles 15 minutos al día a los niños para que lean, podremos engancharles”

Autor ‘Las aventuras de Txano y Óscar’

“Me vinieron a la cabeza los personajes y cómo tenían que ser mientras conducía por Chile”