donostia - Han pasado 25 años desde que Friends estrenara su primer capítulo. El tiempo no ha desdibujado la serie y sigue siendo emitida en un bucle continuo en muchas cadenas 15 años después de su cancelación. Cosimo Fusco ha trabajado a las órdenes de Álex de la Iglesia en 30 monedas. Él dio vida a Paolo, el italiano de Friends que en las dos primeras temporadas enamoró al personaje de Jennifer Aniston y se convirtió en su amante. Cuenta para este periódico cómo es su vida y cómo vivió su paso por Friends.

¿Cómo es su personaje en la serie ‘30 monedas’?

-Me van a ver muy bien. Es un personaje formal. Es fantástico. Se llama Paolo, es un personaje muy completo, pero no te puedo decir mucho más. Es un italiano que llega a un pueblo español donde hay muchos misterios.

¿Conocía usted a Álex de la Iglesia?

-Personalmente no. Le conocía por un par de películas que me encantaron: El día de la bestia y Balada triste de trompeta. Pero cuando me anunciaron que iba a trabajar con él me puse al día y he visto todo lo que ha hecho. Sencillamente, es genial.

¿Y qué opinión tiene de él después de ver todas sus películas y de haber rodado a sus órdenes?

-Es un director muy visionario, es increíble, genial. Es también un poquito mágico. Cuando le he conocido ha sido trabajando con él. Antes sabía que era uno de los grandes del cine español, pero solo conocía lo que te he dicho, dos películas al principio y después me vi el resto.

Dicen que es un director exigente y duro, ¿qué me dice usted?

-Podría decir que sí. Tiene una personalidad muy fuerte, eso hace que tenga mucho carácter. Pero yo también tengo mi personalidad y mi carácter. Gente con fuerte personalidad lo pasa bien estando junta.

¿No saltaban chispas?

-A veces. Pero eso ocurre en todos los rodajes (ríe). Lo hemos pasado muy bien. Ha habido mucho respeto y comprensión en este rodaje. Es una historia que está muy bien y no ha habido ningún problema. Álex tiene una gran capacidad psicológica para comprender a la gente. Él ha entendido mi personalidad y yo también la de él. El trabajo ha sido extraordinario, magnífico.

¿Dispuesto a repetir?

-¿Con Álex? Sí, por supuesto. Yo sabía lo que él quería que hiciera y él sabía qué pedirme. Ha sido una experiencia interesante. Me gusta mucho cómo trabaja, no pierde el tiempo en pruebas y más pruebas. Se abandona a lo que se está haciendo. A mí, me pasa lo mismo. Cuando se dice: Acción. Yo me abandono y espero a que algo me sorprenda. Me gusta, creo que a él también, lo no conocido, que haya sorpresas.

¿Repitió muchas escenas?

-Para él, la primera siempre era magnifica. Yo le preguntaba: ¿Álex, no vamos a hacer otra toma? Y me contestaba: No, es magnífica.

Han pasado muchos años, pero hay que recordar que usted estuvo en las dos primeras temporadas de ‘Friends’.

-¡Cómo olvidarlo! La serie fue famosa después, los actores que estuvimos en ella no éramos conocidos.

¿Qué recuerdos tiene?

-Recuerdo que yo era mucho más joven (ríe). Tengo un recuerdo maravilloso. ¡Cómo no lo voy a tener! Cuando lo hicimos, ya te lo he comentado, nadie sabía que iba a ser una serie tan grande en la historia de la televisión americana. Fue hermoso porque era genuino y fresco, con actores increíbles y con unos productores y guionistas que eran realmente brillantes.

¿Mucho talento?

-Creo que fue una gran combinación de gente talentosa. Así que año tras año se fue convirtiendo en algo más grande, fue un fenómeno que nadie esperaba. Yo estuve en ella muy al principio, todo era mucho más normal de lo que luego fue. Tanto que se sigue viendo, las televisiones no renuncian a Friends.

¿Qué parecidos hay entre Paolo, su personaje, el amante de Rachel (Jennifer Aniston), y Cosimo?

-Ninguno. Nunca me he parecido a Paolo, ni cuando era más joven, ha pasado mucho tiempo. Ahora, ni siquiera tengo un parecido físico que se aproxime. Él era muy diferente. De hecho, el look que me pusieron no me gustaba, sufría con él. Me pusieron el pelo largo, esos jerséis, esos pantalones? Era todo un poco hortera y cursi.

Se veía mejor al natural, ¿no?

-Sí. Claro que sí. Mucho mejor. Pero yo estoy contento con mi Paolo. Fue una gran suerte ese personaje, aunque no me gustara el look. Al principio, me pareció hortera y cursi, pero luego empecé a amarlo. Fue muy eficaz su presencia, por la dinámica del resto de los personajes, necesitaban a alguien como yo. Necesitaban un elemento de discusión, de guerra, para que continuara la historia entre el resto de los actores. Cada uno tenemos nuestra personalidad. Con los años, me he hecho muy amigo de Paolo.

¿Ha vuelto a ver ‘Friends’?

-Es una serie que desde que terminó la están repitiendo. La gente, los conocidos me llaman y me dicen: Cosimo, te he visto ayer, te he visto hoy. Es una serie mágica, sigue viva después de tiempo. La conocen todas las generaciones. Yo tengo dos hijas, una tiene 30 años, su madre es americana; la otra doce, la tuve con mi mujer, una medio turca, medio italiana. Es una cantante fabulosa, también actriz, y la hija pequeña se llama Greta. Las dos han visto la serie. Todos los amigos y amigas de ella saben que soy Paolo.

¿A su hija le gusta Paolo?

-Le gusta todo lo que hace su padre. A sus amigos y amigas también, y eso es un problema, uno grande.

¿Por qué es un problema?

-Cuando voy a recogerla al colegio siempre es un evento. Ella no había nacido cuando la serie se rodó.

¿Cree que habrá muchos Paolos en la vida real?

-(Ríe) Espero que no. Pero yo le seguiré amando.

Paolo le abrió muchas puertas en el mundo del cine y de la televisión.

-Sí y no. Era un momento diferente en la industria televisiva americana. No había muchos actores con acento de otros países trabajando allí. Me dio algo, mucho, pero si esto pasara hoy, sería muy diferente porque hay muchas plataformas, muchas vías. Pero sí me ha dado algo importante, ha hecho que me conserve en el tiempo, que la gente me vea como hace veintitantos años. Una maravilla, qué joven soy.

Supongo que tiene más proyectos entre manos.

-Sí, hay varios, en uno de ellos, en la película Dark Comedy: on the road hay ya escritores trabajando. Tengo una película del cine independiente italiano, hago de marido de Laura Morante, una actriz excelente. Hay otro proyecto también en Italia, pero aún es muy pronto para hablar de él. Ya sabes cómo es esta industria, se habla mucho y luego hay mucho humo.

¿Encasilla a un actor ser italiano en Estados Unidos?

-Sabes que eres italiano y además ellos saben cómo es mi aspecto, no puedes huir de eso. Creo que es algo extraño porque no lo veo como un punto negativo, creo que es un look peculiar y específico. De momento hay un proyecto en el que tengo que ser francés, que está en stand by porque no hay mucho dinero. Ellos te ven como europeo. Eso es lo que pasa, pero es por mi imagen. Cuando era joven interpretaba papeles de villanos, ahora con más años mis papeles varían más y eso me gusta. Así que cuando puedo interpretar el papel de un personaje muy físico, también introspectivo y psicológico es increíble.

¿Prefiere trabajar en Italia?

-Vivo en Italia y resulta más cómodo, voy allá donde me llaman, así es la vida del actor. Espero trabajar en España, me gusta. Me encanta el idioma, el espíritu de la gente y una forma de vida fantástica. Cuando me enteré que tenía un personaje en 30 monedas me puse muy contento.

¿Tiene ganas de ver a Ángel en ‘30 monedas’?

-Muchas, pero tendré que esperar, tú también. Interpreto a un personaje que es muy divertido. Siento decirte que no puedo contarte más, pero podríamos tener otra conversación después de que veas la serie.