lisboa - Nieta de la diseñadora surrealista Elsa Schiaparelli, musa del modisto Azzedine Alaïa en los años 60 y actriz para Kubrick en los 70, Marisa Berenson ha vivido y vive rodeada de belleza. Consciente de ese “lujo”, lo aplica en su firma cosmética y en su próximo papel en Velvet Collection. “He sido educada en ese ambiente de belleza, estética, arte y moda. La belleza forma parte de mi ADN y creo que las cosas bellas hacen la vida más agradable”, explicó a Efe en Lisboa, adonde viajó para participar en la Condé Nast International Luxury Conference y hablar de su proyecto más reciente: la línea de cosmética de alta gama Marisa Berenson Cosmetics, lujosa por la “estética” y la “belleza” de sus productos. “La estética de mi abuela, su forma de vida y toda su persona tuvieron mucha influencia sobre mi percepción de lo bello, que es muy importante para mí”, insiste Berenson, que ha hecho de la estética su herramienta para “educar a la gente en las ventajas de estar sano”. “Somos parte del planeta y tenemos que ser conscientes de eso, no solo para cuidar el mundo, sino porque también nos ayuda a entender cómo cuidarnos a nosotros a través de la naturaleza”, un concepto muy relacionado con la sostenibilidad.

Con solo cinco años protagonizó, junto a su hermana, una portada de la edición francesa de Elle. Con los años y el apoyo de diseñadores como Alaïa o Yves Saint Laurent, vinieron más portadas y nuevos desafíos artísticos, entre los que destacan sus trabajos en las cintas Barry Lindon, de Kubrick, y Yo soy el amor, de Guadagnino. En los próximos meses, seguirá con el trabajo en su marca y anuncia su participación en un proyecto español, un papel en la serie Velvet Collection. A finales de 2017 viajó a España por el 30º aniversario de Marie Claire, una celebración donde conoció a los productores de la serie, que la actriz ya había visto. “Siempre me había parecido maravillosa, con esos trajes y esa ambientación”, cuenta Berenson, que no imaginaba recibir la propuesta. “El único problema es que voy a tener que pulir mucho mi español”, confesó con entusiasmo. - Clara Auñón