Getxo - Las primeras imágenes que dan movimiento a las letras del escritor Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923- Getxo, 2014) se ven en la gran pantalla a través de la mirada de Ana Murugarren. La directora navarra está al frente de la película La higuera de los bastardos, basada en la novela La higuera, que cuenta con Karra Elejalde en el papel protagonista de Rogelio, un falangista que se queda hipnotizado por la mirada de odio de un niño, hijo de una de sus víctimas. Getxo, el escenario del libro, albergó también el rodaje de esta película y el municipio acogió la presentación y el preestreno del filme, el pasado miércoles con la participación de varios actores y de la propia Murugarren, montadora de dilatada trayectoria y con experiencia en la dirección con trabajos como el documental Esta no es la vida privada de Javier Krahe, la miniserie para televisión El precio de la libertad o el largometraje Tres mentiras.

¿Por qué llevar al cine una obra de Ramiro Pinilla?

-Alguien nos dijo que en La higuera había una gran película. Joaquín (Trincado, el productor) me dio a leer la novela y a mí me entusiasmó. Me fascinó esa mezcla entre el drama y el humor negro, el sarcasmo, el surrealismo... Me dejó impactada el final. Es un argumento que avanza entre el drama y la comedia, pero sin sobresaltos y tiene mucha amargura. Y, con una historia que empieza y acaba bien, muy mal lo tienes que hacer para que en medio te quede un churro (risas).

Asegura que es la mejor de sus películas.

-Sí. Estoy muy satisfecha. Se han conjugado unos elementos -como partir de una historia tan buena, contar con un pedazo de casting...- que han ido funcionando muy bien y el resultado es excelente. Los pases que he tenido con público han sido gratificantes: se han reído cuando se tenían que reír y se han quedado mudos cuando tenían que hacerlo... Lo importante ahora es que la gente acuda al cine y que si les gusta, lo cuenten. Yo les digo que no les voy a defraudar. Su dinero estará bien gastado.

Karra Elejalde, Carlos Areces, Pepa Aniorte, Mikel Losada... Los actores son de lujo.

-Tengo unos personajazos. El alma es Karra (Elejalde). Está inconmensurable. Es un hombre lleno de matices que consigue que a un villano como Rogelio le acabes cogiendo cariño; transmite humanidad y empatizas con él. Areces hace de un ser miserable y repugnante que te llega a divertir. Mikel Losada es mi muso y todo lo que hace lo hace bien. Ylenia Baglietto está maravillosa y Pepa Aniorte, que ahora está en Tu cara me suena hace de Cipriana, el personaje que más es del pueblo. Ella vende pescado en las calles del Puerto Viejo y de la noche a la mañana, con la entrada de los nacionales, a su marido le nombran alcalde y ella se ve viviendo en un palacio donde no se halla. Es una deslenguada de muy buen fondo.

Es una película difícil de clasificar, pero los mensajes que lanza sí son más nítidos: memoria histórica, reparación, heridas sin curar...

-Es difícil definir la película en pocas palabras. Es una tragicomedia negra, pero el mensaje está ahí. Nos gusta que haya un trasfondo de contenido en nuestras películas. En El precio de la libertad, que es la que hicimos con Quim Gutiérrez encarnando a Mario Onaindia, está todo el tema de ETA contado desde un punto de vista bastante objetivo, yo creo, y que va desde el nacimiento de ETA hasta que ETA político-militar deja las armas. Una época de nuestra historia poco conocida. La gente me decía que la tenían que poner en los colegios. Cuando hicimos Todo por la pasta, con aquella peripecia que fue rodar una de las primeras películas españolas policiacas y de acción, había un trasfondo que eran los GAL y la guerra sucia. Y con La higuera de los bastardos está el tema de que debajo de la higuera hay una tumba y esa tumba molesta. La higuera va creciendo y los que cometieron tropelías, como Rogelio, no quieren que esa higuera quede ahí marcando el sitio. La moraleja es que hay mucha higuera y mucha tumba por ahí y que los huesos deben ir a su sitio, que es el camposanto.

Además, en ‘Tres mentiras’ ya abordó otra cuestión oscura del franquismo cuyas consecuencias llegan hasta hoy en día como son los bebés robados. Capítulos del pasado que no se han solucionado.

-A veces una película, una canción, una poesía... cumple más en su objetivo de llegar a la gente que todo lo que puedan contar los políticos, que no nos creemos nadie lo que dicen. Hace poco salió una noticia de que una de las víctimas de los casos de bebés robados tenía que ir a la cárcel -se refiere a Ascensión López, que fue presuntamente una bebé robada y que ha sido condenada por injurias a la monja que habría participado en su proceso-. Esto es un despropósito.