madrid - Salvados arrancará mañana su nueva temporada con su primera experiencia en una zona de guerra: Siria, en concreto en Raqqa, la capital del Estado Islámico; y en la ciudad iraquí de Mosul, donde han intentado conocer los secretos de este grupo terrorista. Unas zonas que visitarán de la mano del corresponsal de guerra Mikel Ayestarán. “Cuando viajas por primera vez a una guerra -recuerda-, ves que hay cosas tan increíbles y tan absurdas y tan miserables... Es todo un despropósito. Y nos escandalizamos y nos llevamos las manos en la cabeza cuando atentan en nuestras ciudades, pero es que allí lo hacen a diario”.
Entre los escombros de Mosul, liberada en junio, varios vecinos cuentan a Salvados cómo ha sido su vida durante el califato, con frecuentes detenciones arbitrarias, torturas y ejecuciones públicas. De Mosul, y pasando por el campo de refugiados donde mantienen a las familias cuyos miembros han estado en contacto con el EI, el programa se desplazará a Siria. Concretamente a la ciudad de Raqqa, el último bastión del EI. La llegada del programa coincidió con las últimas horas antes de la liberación de la ciudad, que recorrerá con un testimonio excepcional: Alberto García, un madrileño que llegó a Siria para aportar ayuda humanitaria y acabó empuñando un fusil para combatir al EI. Con él, la audiencia conocerá cómo es la vida en el frente y cuál es el proyecto laico, democrático y feminista que llevan a cabo las Unidades de Protección Popular.
En un viaje en el que han dormido en una azotea, Évole reconoce que se ha sorprendido de la “capacidad de adaptación” de los humanos al recordar cómo han “podido dormir entre ráfagas de disparos. “Nunca me lo habría imaginado”. Évole rememora también cómo se emocionó al despedirse de Alberto. “Lo que me transmitía me hacía sufrir mucho. Me emocioné al despedirnos y saber que él se quedaba allí. Ahora han liberado Raqqa y Alberto está bien y se ha incorporado a lo que él quería hacer en Kurdistán, un curso de cine”, relata.
En cuanto a otro de los espacios de la temporada, su aireada visita a Venezuela, responde que “igual Nicolás Maduro no está acostumbrado a que le hagan según qué preguntas”, ante las acusaciones del presidente venezolano quien tras la entrevista afirmó haberse sentido como “en Guantánamo”. “No creo que fuese para tanto, la verdad, creo que tuvimos una conversación muy amplia, donde le pudimos preguntar todo lo que queríamos y donde él pudo contestar. Esta entrevista se emitirá, “si Catalunya lo permite”, el próximo día 12, domingo.
El presentador de Salvados expresó también que, pese a las treinta horas que les hizo esperar Maduro en Caracas, se trata de un mandatario “cordial y amable” aunque con “contradicciones en la obra de su Gobierno”. “Y nosotros intentamos dejar de manifiesto esto en el cuestionario que le hicimos”, matizó. Sin ningún tipo de “condicionamiento” por parte del entrevistado, “ni de la oposición venezolana ni de los más antigobierno”, según reconoce, a Maduro se le ha preguntado por todos los problemas que vive el país; aunque también se ha podido “explicar” y “contar lo que para él es una dictadura” y “por qué se habla tanto en España de Venezuela”. “Cuando haces una entrevista la otra persona tiene que tener el derecho a explicarse”, puntualizó Évole al tiempo que afirmó que el presidente venezolano no impuso ninguna “condición” previa a la entrevista. Eso sí, el periodista catalán tiene claro que el hecho de que Maduro les concediera la entrevista se debe a que ha pensado que Salvados “es el mejor lugar para colocar su mensaje”. “Aunque no sé cuáles son sus intereses”, puntualizó. “Dijo que le encantaba Salvados, pero cuando le ha tocado a él no le ha gustado tanto”.
un año especial En esta nueva temporada, según Jordi Évole, intentarán “superarse” pero son conscientes de que es un “año especial” porque hay una cuestión que lo “domina absolutamente todo”: “el tema catalán”. “Hemos apostado por una apertura diferente con un programa que habla de un lugar lejano, que nos pilla lejos (...) No es lo más comercial, pero forma parte de nuestra responsabilidad como periodistas, pero eso no quita que si nos sale la oportunidad de volver a entrevistar a Carles Puigdemont lo hagamos”, concluye. - Efe