“¿Guapo? No, soy resultón, y lo de ligar tampoco lo veo claro; tengo amigos que ligan mucho más que yo”
Álex González es uno de los actores que cotiza al alza. Hoy estrena película, ‘Órbita 9’, y en junio grabará una nueva serie para Telecinco ‘Sin permiso para vivir’
donostia - Álex González se encontraba ayer inmerso en la promoción de la película que estrena hoy, Órbita 9, y también era noticia porque Telecinco ha comunicado que será de nuevo pareja de José Coronado en la serie que grabará en Galicia durante el verano, Vivir sin permiso. Cruza los dedos porque todo le va bien en lo laboral y le causa pudor cuando se le comenta que es uno de los actores más atractivos del momento y que aparece en las listas de los más deseados: “Cuando termine la entrevista voy a mirar por internet eso que dices, pero no creo”, señala riéndose. En la mente de muchos está aún su personaje de la serie El Príncipe.
¿Cómo lleva las promociones?
-Muy bien. Es una alegría poder trabajar y hacer lo que a uno le gusta, pero también lo es conectar con el público a través de vosotros.
Da la impresión que la película, ‘Órbita 9’, es de ciencia ficción y al final es un drama romántico.
-Sí, para mí es thriller romántico y los tintes que pueda tener de ciencia ficción no es tan real. Es verdad que es un futuro, pero es un futuro tan cercano que casi es un presente paralelo. No hay nada que no suceda en la película que no pueda suceder ahora mismo.
Nada que ver con su personaje de ‘El Príncipe’, ¿no?
-Quería interpretar un personaje que se alejará del arquetipo de héroe. Este se apoya más en lo mental que en lo físico. Es inteligente, pero no en lo emocional.
¿Un tipo oscuro?
-Ha estado mucho tiempo dedicado a la ciencia, se ha relacionado mucho con robots y estado poco con humanos. Además, me gusta la idea que en las secuencias de acción la heroína sea ella y no él.
¿Van a romper mitos?
-En la vida real, estadísticamente, las que salvan el Planeta sois vosotras, no los hombres. Como espectador me gusta que la mujer ocupe otros lugares en las ficciones y que en las películas como en Órbita 9, sea una mujer la que nos salve a todos. Estoy feliz haciendo esta película y espero que los que vayan a verla la disfruten.
Así que está contento de que la heroína sea el personaje de Clara Lago.
-Encantado de trabajar con ella y de haber hecho está película. Los entrenamientos los ha hecho ella, yo me quedaba en casa haciendo la cena. ¿Qué te parece?
Me parece que de usted tenemos la imagen de duro, guapo y ligón.
-Uff. Esos tres adjetivos son más de personaje que de persona. Empecemos por lo de duro, soy tímido y estoy más conectado con la vulnerabilidad. Pero eso es lo bonito de ser actor. Lo de ligón tiene más que ver más con una imagen que se vende en la tele y que se magnifica, cualquiera de mis amigos liga más que yo.
Ser guapo no viene impuesto por un guión.
-¿Guapo? No, soy resultón. Ja, ja, ja...
¡Qué modesto! Suele aparecer en las listas de los más deseado y más atractivos.
-¿De verdad? No lo sabía, en cuanto acabemos con la entrevista voy a meterme en Google para ver qué dicen, no sé nada de esas listas. Ja, ja, ja... Sí es así encantado.
¿Le gusta que le halaguen?
-Ja, ja, ja... No lo voy a negar, todo lo que sea positivo es una maravilla, de críticas malas ya vamos sembrado. Todo lo que sean palabras bonitas que alimenten el ego, yo me dejo querer.
Ríase, pero es cierto. Cambiando de tema, Telecinco acaba de anunciar que es protagonista junto a José Coronado de ‘Vivir sin permiso’?
-Esta serie la empezamos a grabar en junio y estoy deseando. Tengo mucha suerte en todo; primero, por poder trabajar y también por poder contar esta historia y por poder volver a trabajar con mi amigo y compañero José Coronado.
Parecen una pareja de hecho.
-Por supuesto, nos falta ya solo dormir juntos y también firmaba por ello...
Dicho así, perdone que le diga que suena fuerte lo que ha dicho.
-Fue un amor a primera vista en el buen sentido, fue un placer. En El Príncipe conocí a un amigo y en esta nueva serie voy a poder trabajar con mi amigo. Le respeto mucho, para mí es mi amigo José y como actor es José Coronado, me impone mucho respeto, hace subir el listón, es muy buen actor dándote la réplica y mi trabajo crece mucho.
En ‘El Príncipe’ usted era el jefe.
-Sí, pero su personaje tenía más experiencia que yo y nos complementábamos. En esta, soy su hijo, pero no de sangre. Cuando llegue el momento de heredar va a haber problemas. Hay una frase muy bonita en el primer guión que la dice Coronado: Eres como un hijo, pero no eres mi hijo...
Continúe.
-No voy a hacer más spoilers porque esto sucede en el primer capítulo y no puedo hablar más. Lo que sí te digo es que la trama es apasionante. Estoy deseando empezar.
¿Sienta mal que le coloquen una novia por cada chica que esté cerca de usted?
-Ha habido momentos que me ha molestado un poquito más, pero más que por mí, por la otra persona. Se complican las cosas a la hora de querer conocer a alguien, se pierde la frescura. Quedar para cenar, dar un paseo y conocerse se hace más difícil.
Así que no liga porque es famoso.
-A parte da un poco de vergüenza, quieres quedar con alguien y si es la primera vez hay que explicar: Mejor vamos a este sitio, quedamos allí, primero sales tú, luego salgo yo... Es un rollo, quedas con alguien y a la semana se ve en una revista, se puede asustar. Yo no me enfado porque ya he aceptado esta situación, es parte de la profesión, pero...
Recuerdo una entrevista en la que me comentaba que cuando terminaba un trabajo tenía miedo a que no le volvieran a llamar. Supongo que ya no.
-Sigo teniendo ese miedo, hay una realidad, las estadísticas dicen que estamos en activo entre un 5% y un 6% de los actores. Digo estamos, y me da miedo estar al otro lado algún día. Pero es un miedo positivo porque me hace sacrificarme y tener disciplina, querer mejorar.
¿Volvería a poner copas si la situación se volviera en contra?
-Creo que estoy capacitado para hacer otras cosas que ahora mismo no sé cuáles pueden ser. Desde luego que volvería a hacer cualquier otra cosa si necesito pagar las facturas. Poner copas es un trabajo al que le estoy muy agradecido, fueron cuatro años y esas copas me permitieron pagarme las clases de interpretación. Trabajaba de noche y estudiaba de día.