irun - Pía Alkain, hondarribiarra de 46 años, estudió Historia en la EUTG de Donostia y luego se especializó en Arqueología en Valladolid. Su especialidad científica es la investigación de restos arqueológicos orgánicos.

¿Cuándo y cómo se produce su nombramiento como directora de Oiasso? ¿Le costó tomar la decisión de aceptar la propuesta?

-Todo surge a raíz de que hay una vacante de técnico en arqueología en la Diputación Foral de Gipuzkoa y es a Mertxe Urteaga a quien le corresponde ocupar ese puesto. Mertxe acepta esa propuesta y la dirección del museo, que es gestionado por una UTE formada por K-6 Gestión Cultural, en la parte más administrativa, y por Arkeolan Fundazioa, en la dirección científica, queda vacante. Arkeolan me propone el puesto y decidí aceptarlo, porque me ha parecido un reto apetecible de afrontar.

¿Va a tener que dejar la investigación y volcarse más en la gestión?

-En parte, sí. Este cargo supone un cambio en mi vida y como decía antes, es un reto afrontar la dirección del museo, que tiene un perfil más de gestión. Aún así, seguiré haciendo investigaciones y preparando mi tesis doctoral, que lleva por título Fortificaciones y fosos inundados medievales y está enfocada a los restos arqueológicos de tipo orgánico, que es mi ámbito principal de especialización.

¿Cómo ha visto usted estos diez años de vida que ha cumplido el museo Oiasso?

-Conozco bien el proyecto del museo, no ya desde su apertura sino desde su gestación y preparación, que se remonta a hace dos décadas. Trabajé con Mertxe Urteaga y el resto del equipo de Arkeolan preparando el contenido de Oiasso. Lo que entonces parecía una utopía se hizo realidad y en estos diez años y se ha convertido en un referente cultural, no solo en Irun sino también en todo el territorio de Gipuzkoa. Oiasso es nuestro único museo arqueológico y eso hay que ponerlo en valor.

¿Qué recorrido cree que le espera al museo? ¿Qué intenciones o planes tienen usted y su equipo?

-Acabo de aterrizar como quien dice y tenemos que tomarnos un tiempo, yo en especial, para sentarnos y analizar las cosas con calma. Hay cosas que en estos diez años han funcionado y bien. Seguro que seguirán ahí. Lo importante, más que quitar cosas y poner otras, si hiciera falta, es definir qué museo Oiasso queremos tener en el horizonte de la próxima década, y a partir de ahí veremos qué cosas nuevas pueden tener cabida.

Decía antes que Oiasso es ya una referencia en Gipuzkoa. ¿Cree que a esta y otras infraestructuras culturales les penaliza, en cuanto a eco social y mediático, el hecho de no estar en Donostia?

-Supongo que en parte tenemos ese hándicap de estar en Irun y no en Donostia, donde casi todo luce más y al haber más turismo, el potencial de atracción puede ser mayor. Pero también estamos cerca de Hondarribia, que tiene una notable pujanza turística y debemos aprovecharnos de la oportunidad de estar enclavados entre Donostia y Hondarribia, atrayendo a quienes visitan cualquiera de las dos ciudades. Pero sobre todo, Oiasso ha conseguido ser un museo dinámico, en el que hay todo tipo de actividades a lo largo del año: exposiciones temporales, conciertos, charlas?. Y además, la oportunidad de hacer las visitas guiadas a las minas y hornos de Hirugurutzeta y a la necrópolis de Ama Xantalen. Se ha conseguido hacer del museo Oiasso un lugar al que merezca la pena repetir la visita. Tenemos que mantener y reforzar esa característica y atraer así al público guipuzcoano, vasco y turista

¿Cómo valora las cifras de visitantes del museo Oiasso y la organización de exposiciones temporales?

-Oiasso está rondando los 22.000 visitantes al año, que es una cifra que pocos hubieran podido imaginar hace una década. En ella, tienen importancia las exposiciones temporales, para las que hemos establecido lazos de colaboración con instituciones importantes, como el Museo Arqueológico de Catalunya. Queremos seguir en esa línea, porque funciona.

¿Cómo valora la colección permanente del museo Oiasso? ¿Cree que es conocida y reconocida por el público en general y por la comunidad científica?

-Creo que el museo sorprende al visitante, en varios sentidos. Por un lado, no tenemos grandes estatuas o mosaicos que causen la admiración del público. Pero sí tenemos una colección de materiales orgánicos de época romana, que representan la vida cotidiana, algo que no es muy frecuente de encontrar en los museos: materiales textiles, vajillas de madera, los mismos restos del embarcadero del puerto de Oiasso? Quizá no sean tan espectaculares para algunos, pero entre la comunidad científica están muy bien valorados, a la altura de las colecciones de material orgánico de muchos grandes museos europeos.

¿Queda mucho por ver, conocer y excavar en torno a lo que fue la ciudad romana de Oiasso?

-Sin duda, queda mucho. Desde que se descubrieron los restos del puerto en 1992, se ha excavado e investigado mucho. Tanto incluso que el relato de lo que fue Oiasso ha evolucionado, porque se han encontrado nuevas piezas. Y queda mucho por conocer pero no podemos excavar toda la ciudad. Aún así, seguro que seguiremos encontrando cosas y hay incógnitas muy importantes, como el poder conocer dónde estaba la población vascona, la que poblaba este entorno antes de la ciudad romana.

¿Le gustaría ver pronto las termas de Oiassso cubiertas y visitables?

-Es un objetivo ambicioso, porque el coste del proyecto es muy importante. Pero sí, me gustaría que dentro de una década, esa cobertura fuera una realidad. La razón es que además de hacer las termas visitables, supondría también ampliar espacios para el museo, tanto para la colección permanente como para las muestras temporales o para los talleres, charlas, conciertos y conferencias, para los que ahora mismo a veces el museo se ve falto de espacio. Espero y deseo que, con la ayuda de las instituciones, podamos ver esas termas, que son la gran joya del museo y de lo hasta ahora descubierto de Oiasso, cubiertas, con más espacio para el museo y con una colección ampliada, mejorada y adaptada al relato que hoy podemos hacer de cómo era ese Irun de hace dos milenios.

¿Cómo valora el recorrido que han tenido las jornadas romanas Dies Oiassonis y el festival de cine arqueológico Ficab?

-El Ficab, que ha tenido ya 16 ediciones, es anterior al museo Oiasso, pero este ha conseguido darle el empujón necesario. Hoy, las proyecciones de películas en el Amaia se llenan de público y se ha abierto a nuevos escenarios, como el Aquarium de Donostia y públicos, como los escolares. En el caso de los Dies Oiassonis, lo que hace siete años empezó como una aventura, se ha consolidado entre los irundarras, con la implicación incluso de asociaciones de la ciudad, y se ha convertido, además, en una atracción para visitantes.