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Treinta noches de hechizo

Donostia 2016 dará el “do de pecho” con la representación de ‘Sueño de una noche de verano’ en Cristina Enea

Treinta noches de hechizo

Donostia - Durante 30 noches, del 21 de junio al 24 de julio, el parque de Cristina Enea se transformará en un “bosque encantado” que servirá de escenario a una “versión sugerente y actualizada” de Sueño de una noche de verano. Producido por Donostia 2016 y Tanttaka Teatroa, el montaje reúne a más de 80 personas entre actores, bailarines, cantantes, músicos, camareros y técnicos que todos los días salvo el lunes, recordarán el cuarto centenario de Shakespeare con una de las propuestas más atractivas de la capitalidad.

La obra, que se estrenará el 21 de junio en pleno solsticio de verano, llevará a Cristina Enea “toda la magia de Shakespeare”, según recalcó Pablo Berástegui, director general de Donostia 2016. Patrocinada por el grupo energético EDP y el banco Sabadell Guipuzcoano, la propuesta no es original solo porque traslade la acción a un escenario al aire libre, sino porque convierte en “participantes activos” a los espectadores. Cada noche, un máximo de 250 personas podrá presenciar esta “experiencia completa” que mezcla varias disciplinas, incluida la gastronomía: al inicio de la obra, y también durante el recorrido, los espectadores harán el papel de invitados a la boda de Hermia y Demetrio, y degustarán un menú preparado por Luisa López Telleria a caballo entre el picnic y el banquete nupcial.

Según destacó Fernando Bernués, codirector de Tanttaka, su versión de la obra es, como el original de Shakespeare, “lúdica, traviesa, pasional y arrebatada”. “Es una celebración de la pasión, de lo irracional, una comedia mágica y transgresora en el sentido lúdico de la palabra”, aseguró: “El amor y la palabra se desatan irrevocablemente y todos los personajes creen que sus sueños son posibles”.

El numeroso elenco de la obra ensaya estos días en Tabakalera y Kutxa Kultur, pero a mediados de mayo trabajará sobre el terreno en Cristina Enea. El codirector Iñaki Rikarte aseguró que “la gran apuesta y el riesgo” es representar la obra en el bosque -en caso de lluvia, existe el riesgo de suspensión- pero confió en “estar a la altura” de la escenografía. A juicio de Bernués, trabajar en un espacio natural brinda un sinfín de “sugerencias” escénicas que no siempre es fácil gestionar pero que dan lugar a “un mundo de posibilidades”. Rikarte destacó que los espectadores se convertirán en “voyeurs de algo extraordinario” y mostró su esperanza en que el viaje sirva al público para “enfrentar su vida con un mejor espíritu”.

adaptación Y caras conocidas Patxo Telleria ha sido el encargado de adaptar la obra para su representación en Cristina Enea y también es el traductor del texto al euskera -20 funciones serán en castellano y 10, en lengua vasca aunque habrá dispositivos para seguir la función también en francés e inglés-. La principal dificultad a la hora de reescribir el texto ha sido tener en cuenta que la obra transcurre en un espacio natural y que la acción se desarrolla a lo largo de un itinerario de cinco actos que se representan en otros tantos espacios del parque. Candil en mano, el público realizará un recorrido circular por un bosque hechizado en el que se mezclan personajes reales con otros fantasiosos y mitológicos. Además, una actriz encarnará a la propia Cristina Enea.

Algunos aspectos cambiarán con respecto al original de Shakespeare, cuya obra transcurre en varios días cercanos al solsticio, mientras que la versión de Telleria se desarrolla en el tiempo real de casi tres horas, duración de la representación. La trama central, sin embargo, se mantendrá invariable. “No hemos cambiado nada más que lo necesario y, sobre todo, no hemos querido traicionar el texto de Shakespeare”, aseguró Telleria, quien, no obstante, ha utilizado un lenguaje más plano y natural porque “las traducciones literarias resultan bastante forzadas, como de cartón”.

Entre los intérpretes de Sueño de una noche de verano hay un buen número de caras conocidas como Aitziber Garmendia y Gorka Otxoa, que encarnan respectivamente a Hermia y Demetrio. Otros actores y actrices serán Isidoro Fernández, Ane Gabarain, Josean Bengoetxea, José Ramón Soroiz, Ramon Agirre, Joseba Apaolaza e Itziar Atienza, quienes estarán acompañados de varios alumnos del Taller de Artes Escénicas. Por su parte, el coreógrafo Jon Maya coordinará a un grupo de nueve bailarines.

La dirección musical correrá a cargo del pianista Iñaki Salvador, que contará con un cuarteto de cuerda y un quinteto de metal procedente de Musikene. Según dijo, la música ejercerá de “fuerza tractora o guía” de un montaje en el que también participará el Coro Easo bajo la batuta de Santos Sarasola, Xalba Rallo y Gorka Miranda.

Bernués aseguró que esta “propuesta especial” encierra el “anhelo” de que la ciudad “explore espacios que puedan mostrar su potencial artístico”. Así, confía en que la experiencia se incorpore al “legado” de Donostia 2016 para que, en el futuro, surjan otras “ocasiones especiales” en las que el tejido creativo de la ciudad pueda “dar el do de pecho”.

Las entradas en taquilla costarán 40 euros pero ya están disponibles en venta anticipada por precios que oscilan entre los 15 y los 30 euros. El montaje tiene un presupuesto de 800.000 euros, una cifra “elevada” según reconoció Berástegui. No obstante, Bernués subrayó la complejidad técnica en términos de producción de una iniciativa “austera” si se tiene en cuenta sus grandes dimensiones. “En el mercado convencional cada función costaría más de 30.000 euros”, calculó.