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‘Diez años y divorciada’, Premio del Público del Festival de Derechos Humanos

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‘Diez años y divorciada’, Premio del Público del Festival de Derechos Humanos

‘Diez años y divorciada’ (Yemen, Francia y Emiratos Árabes Unidos, 2015). La película de Khadija Al-Salami, una ficción basada en hechos reales, obtuvo una puntuación de 9,13, seguida de Mañana (8,83), Una historia de locos (8,81), Land of Mine (8,72) y Oihalak adarretan (8,57).

‘Among the Believers’ (EEUU y Emiratos Pakistán, 2015). El documental de Hemal Trivedi y Mohammed Ali Naqvi fue premiado por abordar “con enorme maestría una realidad muy compleja y violenta en la que la población sufre grandes violaciones de derechos humanos”. El filme “enfatiza el valor de la educación para las personas más vulnerables y pobres, las más expuestas a la discriminación y a los abusos”.

‘Para Sonia’ (España, 2015). El jurado otorgó 8,29 puntos al cortometraje dirigido por Sergio Milán.

Donostia - La película Diez años y divorciada, de la directora yemení Kahdija Al-Salami, se alzó ayer con el Premio del Público de la décimo cuarta edición del Festival de Cine y Derechos Humanos. El filme, una coproducción entre Yemen, Francia y Emiratos Árabes Unidos, es una ficción basada en la historia real de Noyud Ali, una chica que a los diez años fue obligada a casarse con un hombre adulto. La directora Khadija Al-Salami vivió una historia muy similar en su país, según relató al público del Victoria Eugenia, donde ayer tarde recibió el galardón.

El director del certamen, Josemi Beltrán, recordó que Diez años y divorciada, que en otoño se estrenará en salas españolas,obtuvo la máxima puntuación en las votaciones del público: un 9,13 sobre 10. “La película lanza un mensaje al pueblo yemení contra los matrimonios forzosos de menores de edad”, subrayó Beltrán, quien destacó que ninguna película a concurso ha sido calificada con menos de siete puntos y “más de la mitad” obtuvieron más de ocho.

El Premio Amnistía Internacional (AI) fue para el documental Among the Believers, una producción entre EEUU y Pakistán que, dirigida por Hemal Trivedi y Mohammed Ali Naquvi, da voz al clérigo de la mezquita de Islamabad, Abdul Aziz Ghazi, seguidor de ISIS y aliado de los talibanes, que pretende imponer la Sharia o Ley Islámica mediante una red de escuelas cuyos estudiantes se preparan para la yihad. La película también retrata a activistas como Pervez Amirali Hoodbhoy, que le han hecho frente y reclaman el uso de la educación contra el terrorismo.

En opinión de Asier Arrieta y Violeta Assiego, del jurado de AI, la película acerca “con enorme maestría una realidad muy compleja y violenta en la que la población sufre graves violaciones de derechos humanos”. Arrieta destacó una frase del filme en la que se dice que “a los niños hay que enseñarles a amar y no a odiar”, mientras que para Assiego, “no hay justificación” para los ataques indiscriminados contra la población ni para los retrocesos en materia de derechos humanos bajo el pretexto de la lucha contra el yihadismo.

Por último, el jurado joven integrado por más de cien personas distinguió a Para Sonia, un cortometraje protagonizado por una dobladora invidente a quienes conocidos profesionales del sector rinden un original homenaje. El premio le fue entregado ayer al director español Sergio Milán “por su calidad cinematográfica, originalidad, fuerza y por el impacto de su mensaje”. A juicio del jurado, el corto demuestra que “el poder, la magia del cine y el espíritu de superación traspasan todas las fronteras”.

A la espera de cerrar los datos de asistencia definitivos, Beltrán calculó que unas 6.000 personas han asistido a las proyecciones del Victoria Eugenia. Además, realizó un “balance supersatisfactorio” de las actividades paralelas realizadas este año: la reunión del foro europeo de festivales de la Human Rights Film Network y el Encuentro Juvenil Internacional de Cine y Derechos Humanos, que concluyó ayer con la exhibición de los cortometrajes realizados estos días.

El concejal de Presidencia, Juanra Viles, anunció su intención de “reforzar el compromiso” del Ayuntamiento con el certamen, y aunque no concretó si ello se materializará en una mayor aportación presupuestaria, garantizó que harán todo lo posible para “intentar que el festival dé un paso más”. Beltrán agradeció el apoyo que este año, con motivo de Donostia 2016, ha permitido recuperar las sesiones nocturnas aunque afirmó que esta cita “no necesita multiplicar exponencialmente” sus proyecciones, sino “trabajar con mayor perspectiva” para atraer más presencias, abundar en la internacionalización y profundizar en encuentros como los celebrados este año y proyectos que posicionen la cita “como un referente”.