Donostia - Considerado el “cronista oficial del pueblo gitano”, el cineasta y músico Tony Gatlif (Argel, 1948) recibirá esta tarde el premio honorífico del XIV Festival de Cine y Derechos Humanos, en reconocimiento a “una larga trayectoria cargada de pasión y compromiso”. Será a las 19.30 horas en el Victoria Eugenia y durante la gala inaugural del certamen, que desde hoy y hasta el día 22 proyectará 33 largometrajes y 23 cortos.
Durante su encuentro de ayer con la prensa, el alcalde, Eneko Goia, le hizo entrega simbólica de una reproducción a pequeña escala del monolito en recuerdo a las víctimas diseñado por Aitor Mendizabal e instalado en Alderdi Eder. “Agradecido”, el realizador consideró un honor recibir un galardón que “representa la lucha” de toda una vida dedicada a defender la convivencia gitana y su visión del cine, “un medio extraordinario para explicar la realidad de los pueblos”, mejor incluso que la prensa o Internet porque “tiene más humanidad”.
En un discurso largo, combativo y apasionado, el argelino afincado en Francia desde los años 60 aseguró que “no supone una carga” ser considerado representante de la comunidad romaní, protagonista de muchos de sus filmes, como por ejemplo, Corre gitano (1981), rodado en Granada y Sevilla; Les Princes (1983), aproximación a los banlieu parisinos; Latcho Drom (1992), homenaje a la música cíngara; Vengo (2000), debut en el cine del bailaor Antonio Canales, o Liberté (2010), sobre el genocidio del pueblo gitano en la II Guerra Mundial.
“No voy a decir que todos son ángeles, pero el pueblo gitano es inofensivo y pacífico. No representa ningún peligro, no tiene armas, kalashnikovs ni bombas”, aseguró. “Nos han educado como si fuésemos los reyes del mundo a pesar de vivir en la pobreza. Para mí, en la vida no hay más que libertad, música y familia. Es una sensación agradable, estoy rodeado de amor y me siento en casa allá donde voy. Es la condición gitana”, sostuvo Gatlif, cuya madre pertenecía a esta etnia y que siente que le han acogido con los brazos abiertos: “Los gitanos andaluces, yugoslavos, rumanos... Me consideran como de la familia”.
Por eso le duele el estigma histórico que arrastran los gitanos. En 2010 fueron objeto de la ira del entonces presidente Nicolas Sarkozy, que incluso deportó a familias a Rumania. “La necesidad de crear un enemigo es intrínseca a la política y eso es lo que hizo Sarkozy. Me sentí avergonzado de ser francés”, recordó Gatlif, que luego apoyó a François Hollande pero asistió decepcionado a cómo su ministro de Interior, el catalán Manuel Valls, adoptaba “el mismo discurso”.
También se refirió a la crisis de los refugiados y aludió a la “responsabilidad de la Unión Europea”, que está cometiendo una “masacre” con miles de sirios, afganos y somalíes a quienes están recluyendo en Turquía como si fuera “un campo de concentración”. En los últimos tiempos ha trabajado en un guion sobre este drama y cuando hace unos meses lo estaba terminando, sufrió un problema en la piel; el especialista al que acudió le dijo que en realidad no tenía nada, sino que era una enfermedad psicosomática provocada por todo lo que estaba viendo y escuchando.
Asimismo, Gatlif recordó su película Indignados (2012), inspirada por el manifiesto Idignez-vous!, de su amigo Stéphane Hessel, que le llevó por plazas de Madrid, Grecia, París y Amsterdam, donde la gente se manifestaba contra la crisis y el sistema económico actual. También dijo que en Francia observan “con asombro” un fenómeno como Podemos. “Sería extraordinario que surgiera un partido así en Francia, donde no hay izquierdas ni derechas”, opinó.
Jornada inaugural Antes de recibir el premio, Gatlif presentará su película El extranjero loco (1998) hoy a las 16.30 horas en el Victoria Eugenia. A las 19.30 horas, se proyectará la cinta inaugural Land of Mine, producción germano-danesa de Martin Zandvliet sobre los prisioneros alemanes a quienes los aliados obligaron a retirar las minas colocadas por los nazis en la costa de Dinamarca. El pase nocturno será Mallory, documental dirigido por la checa Helena Trestikova y protagonizado por una mujer que deja las drogas y abandona la calle para tratar de ayudar a la gente más necesitada.