donostia - Pilar Belzunce, viuda del artista donostiarra Eduardo Chillida, falleció ayer en la capital guipuzcoana a la edad de 89 años. Murió rodeada de su amplísima familia después de una larga enfermedad.
A Pilar Belzunce la muerte le ha llegado doce años después que al escultor, una pérdida que le afectó profundamente, tal y como lo reconoció públicamente en varias ocasiones. En una entrevista que concedió al poco de morir su marido, dijo que su relación con el artista fue una en la que “yo aprendí a ser yo al lado de Eduardo y Eduardo a ser él al lado mío”. Y es que Pilar Belzunce y Eduardo Chillida eran las dos caras de una misma moneda.
Se conocieron a la edad de 13 años, “y desde entonces no me separé de él”. Ambos eran vecinos de la calle Manterola, en el centro de Donostia, a donde llegó ella procedente de Filipinas. Pilar Belzunce nació en el archipiélago el 9 de octubre de 1925. Su padre, Ramón Belzunce, un navarro de Estella, era dueño en el archipiélago asiático de una hacienda y varias minas.
Tal y como lo ha solido contar la propia Pilar, su amor fue un flechazo mutuo, iniciando ambos un recorrido vital indisociable y en el que ella jugó un papel fundamental para que Chillida pudiera desplegar en plenitud su fecunda y exitosa trayectoria creativa. Pilar Belzunce no solo descargó a Chillida de la pesada carga de las obligaciones cotidianas; también fue la encargada de los asuntos económicos y de gestión de su obra. La pareja tuvo ocho hijos, varios de ellos también artistas en distintas disciplinas, y numerosos nietos.
En una entrevista que concedió a este diario a los cinco años de la muerte del artista, Belzunce describió a su compañero como una persona a la que el arte “le salía de dentro, no hacía ningún esfuerzo por alcanzarlo porque lo tenía”.
Una de las preocupaciones de Pilar Belzunce fue el legado de Chillida, su custodia y difusión, razón de ser del museo Chillida-Leku. Más allá de su fallecimiento, lo más triste es que se ha producido con el edificio cerrado al público desde hace varios años y sin que existan visos de una apertura próxima, aún y cuando continúa abierto el canal entre familia y administración. - N.G.