Llagostera (Girona) - El romance de Amaia (Clara Lago), una de las protagonistas de Ocho apellidos Vascos, con un catalán propicia que tres cuartas partes de la segunda entrega de la película española más taquillera de la historia transcurra principalmente en tierras gerundenses. Las alarmas de Koldo (Karra Elejalde) se encienden cuando se entera de que su hija Amaia, tras romper con Rafa (Dani Rovira), se ha enamorado de Pau (Berto Romero) y, ante tal “sacrilegio”, cruza la frontera de Euskadi y pone rumbo a Sevilla para convencer a Rafa de que deben ir a Catalunya al precio que sea. El objetivo es rescatarla de los brazos del joven y de su entorno (Rosa Maia Sardà y Belén Cuesta), según el nuevo guion de los guipuzcoanos Borja Cobeaga y Diego San José.
El rodaje de la segunda parte de esta exitosa película, que todavía no tiene un título oficial aunque todo apunta a que será Nueve apellidos vascos, se centra desde el pasado día 11 en escenarios gerundenses como el castillo de Vullpellach, una masía de Llagostera o también el barrio judío de Girona, y proseguirá hasta el 18 de junio. Todo el equipo se trasladará entonces una semana a Madrid, donde se rodará en la estación de Atocha, y también a Sevilla, donde se mostrarán escenas de la Semana Santa. El 5 de julio finalizará el rodaje de este filme, que también ha pasado por Euskadi y que previsiblemente se estrenará en 2016.
Tras el primer día de rodaje en Can Llambí, una señorial masía de Llagostera, los actores y el director, Emilio Martínez-Lázaro, atendieron el jueves a los medios de comunicación para ofrecer pequeños avances de la segunda parte de este taquillero filme. No obstante, todos ellos, sirviéndose de un agudo sentido del humor, evitaron desvelar muchos detalles y sólo se pudo averiguar que los actores Rosa Maria Sardà (Roser la Iaia), Berto Romero (Pau) y Belén Cuesta (Judith) se suman al elenco de actores que repiten, Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde y Carmen Machi.
En España, la primera parte de “Ocho apellidos vascos” es la tercera película más vista de la historia, ha recaudado 56’2 millones de euros, es el segundo filme con mayor recaudación sólo por detrás de Avatar y ha tenido más de 9’5 millones de espectadores. “Es muy difícil hacer una segunda parte de estos éxitos, nunca llegan a ser igual; por muy bien que lo hagamos, faltará algo porque ya no existe el factor sorpresa; es difícil, pero lo vamos a intentar”, señaló el director Emilio Martínez-Lázaro.
En un primer momento se debatieron entre Bilbao y Catalunya pero finalmente se escogió la segunda porque, según opinó el director, “la actualidad también mandaba, más de moda no podía estar el tema” y en concreto Girona “porque es donde hay un núcleo catalanista más importante, es el centro de la identidad catalana”.
El director avanzó que “el hecho diferencial cultural y político catalán tiene su espacio” y añadió: “Nos lo tomamos a broma, porque es una comedia que esperamos que complazca a todo el mundo y nadie se sienta ofendido porque no es la intención”. Sobre cómo el público catalán recibirá la película, tanto el director como los actores se mostraron convencidos que, como “público inteligente”, se sabrán reír de ellos mismos. “Tuvo buena aceptación en el País Vasco, colaboradores entusiastas de la película, y aquí pasará igual; la gente tiene muchos menos prejuicios que los que surgen de las primeras páginas de los periódicos”, aseguró el director.
Se ha planteado la película de una forma muy parecida a la primera parte, aseguró su director, que sin embargo quiso puntualizar: “No es una película equivalente sobre Catalunya, porque los protagonistas vienen del País Vasco y Sevilla. La acción se traslada, no se vuelve a repetir la misma historia pero ahora con Catalunya”.
En esa línea, Rosa Maria Sardà apuntó que “una de las bazas de la segunda película no es tratar de sorprender, sino que la gente que ha cogido cariño a esos personajes los pueda volver a degustar en nuevas situaciones”. “Una de las misiones que tenemos es que también nos quieran un poco al terminar”, dijo la actriz.
Humor terapéutico En la misma línea se situaron Sardà y Elejalde: “Me he pasado y ganado la vida riéndome de mí misma siempre; igual no tenemos salero, pero claro que tenemos muchísimo sentido del humor”, dijo ella, mientras que él, que hace más de 15 años que vive en Catalunya, destacó la importancia de hablar de temas serios y reirse de ellos y consideró que, para Euskadi, la primera parte del filme fue “terapéutica, cicatrizante y cauterizante”. Para Berto Romero, un “hipster” cuya iaia reside en la masía de Llagostera, queda claro el sentido del humor catalán: “Somos un pueblo que pone a un señor haciendo de vientre al lado de Jesús en el pesebre, con eso ya está dicho todo”. - Efe