Irun - Artista polifacético y con claras influencias de la cultura oriental -y en especial del mundo del manga-, el hondarribiarra Judas Arrieta volvió a casa hace un año tras ocho de estancia en China. Cuenta que es, “en la vida y en el arte”, un Ronin, “un samurai sin amo, que va por libre y hace lo que más le gusta”.

Desde esta tarde, Arrieta afronta un proyecto “muy ilusionante”, el de exponer parte de su obra en el centro cultural Amaia de Irun, en su entorno vital más cercano, “en casa, que es algo que me apetecía mucho”, decía ayer en la presentación de Pintar o morir, que es como se titula una muestra que podrá visitarse en la sala irunesa hasta el 19 de abril.

el placer de estar en casa Arrieta agradeció “la iniciativa y el cariño del Ayuntamiento de Irun para montar la exposición” y confesó que, tras 20 años de carrera, se encuentra en un momento en el que no le vale “exponer en cualquier parte y de cualquier manera”, por lo que “hacerlo en una sala como el Amaia, que está aquí, en casa, es un doble placer”.

Pintar o morir ocupa las tres salas de exposición del Amaia y en ella se muestran dos facetas de Judas Arrieta. “Por un lado, está parte de los cuadros de gran formato que pinté en China entre los años 2010 y 2014, antes de volver a Euskadi”, explicó el artista.

El hondarribiarra admitió que tenía ganas “de hacer una exposición en casa, en mi entorno cercano, porque mucha gente me identifica por lo que ha visto de mí en la tele o en la prensa, pero no han podido quizá conocer mi obra, salvo la gente más cercana, que puede tener acceso a mi estudio”.

Judas Arrieta reivindicó que su obra “es también, de alguna manera, de aquí, de este entorno transfronterizo”. “No nací en un baserri y no pinto paisajes, dicho sea con todo el respeto para quienes lo hacen, pero sí nací en un entorno urbano en el que, desde pequeño, me pude empapar de la cultura del cómic que mamé en casa, por mi padre, y de conocer la cultura del manga y el anime, como Dragon Ball y otras muchas series, y antes que en cualquier otro sitio de Euskadi, gracias a que podíamos ver la televisión francesa, que solo se capta en esta zona”, señalaba Arrieta.

nuevo soporte La segunda parte de la muestra es fruto de la colaboración entre Judas Arrieta y la empresa HLC Dist, que desde Irun, fabrica, vende y distribuye en 24 países de todo el mundo varias marcas de tablas de skate y longboard, con Jart Skateboards o Long Island Longboards como marcas de bandera del grupo. Son 25 tablas pintadas por el creador hondarribiarra.

“No es la primera vez que trabajo con empresas y he pintado coches, paredes, juguetes, camisetas y todo tipo de soportes. Creo que hay un campo de colaboración entre el arte y las industrias de todo tipo, a modo de I+D, que puede dar frutos interesantes, porque no todo ha de ser únicamente buena ingeniería a la hora de diseñar un producto y a los artistas, nos sirve de promoción de nuestras obras”, explicaba Arrieta.

“Me acerqué a Jart Skateboards simplemente para pedirles tablas, porque quería pintar en ellas como un nuevo soporte artístico. Les presenté mi idea y se interesaron por ella, tanto que hemos trabajados juntos y hay buena sintonía. Me encantaría que de esta colaboración pudieran salir tablas para comercializarse en serie, porque sería llevar mi arte a 24 países nada menos”, destacó el hondarribiarra.

Por su parte, Pablo Ribera, responsable de marketing de Jart, señaló que “los diseños de Judas Arrieta son algo nada visto en este mundillo, muy diferente a lo habitual; estamos estudiando en serio la posibilidad de comercializar algunos de ellos”.