bergara - Excepcionales por su rareza, notable interés artístico y evidente valor como testimonio de la cultura material del siglo XVIII. Así son las 107 piezas de la deslumbrante y extensa Vajilla Balzola de origen chino e históricamente ligada al territorio guipuzcoano, que este pasado jueves irrumpieron en el mercado del arte. La sala madrileña de subastas Abalarte fue escenario de la vibrante puja que provocó este importantísimo ajuar cerámico que adquirió, ejercitando su derecho de tanteo, el Ministerio de Cultura por 42.500 euros (el precio de salida fue de 18.000 euros).

Este valioso lote de porcelana de la Compañía de Indias fue importado en 1772 desde las islas Filipinas por el guipuzcoano Don Ignacio de Balzola y Larreche, Alférez del Navio de la Real Armada. Originariamente se componía de 391 utensilios encuadrados en el periodo de producción denominado “familia rosa” (Dinastía Qing; emperador Qialong ca. 1760-70), que fueron diseñados a base de decoración floral de peonias en esmalte púrpura de Casio y oro.

Este lujoso conjunto, digno del más refinado gusto cortesano, debió conservarse en el solar familiar de Balzola, enclavado en la anteiglesia de Arrona (Zestoa), hasta 1860, fecha en la que Cipriana Balzola, biznieta del citado alférez, se casó con el Conde del Valle y paso a residir en el palacio Errotalde de Bergara. Este edificio, reconvertido desde la década de los 80 del siglo pasado en casa de cultura, custodió la extraordinaria vajilla por lo menos hasta 1953, que es cuando falleció Don Ignacio Murua y Balzola, Marqués de Balzola y Conde del Valle.

se conservarán en valencia Las 107 piezas subastadas viajarán al Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí de Valencia, donde se reencontrarán con los otros 59 utensilios pertenecientes a este servicio de porcelana oriental que en 2003 también compró el Estado (una sopera en forma de Gallo se encuentra en el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid).

La Diputación de Gipuzkoa, conocedora de la operación llevada a cabo y del interés cultural de la vajilla, se ha puesto en contacto con el Ministerio de Cultura. Tal y como explicaron ayer desde el ente foral, en caso de así solicitarlo “no habría ningún problema de que las piezas regresarán a Gipuzkoa de forma puntual para ser expuestas o utilizadas en diversos actos o iniciativas”.

Por su parte, desde Áncora, la Agrupación Cívica para la Conservación del Patrimonio Cultural, mostraron ayer su “satisfacción” al conocer el desenlace de la subasta , porque según defendieron, “al quedarse estas piezas en manos de una institución pública, se evita la dispersión de este importante patrimonio históricamente vinculado al territorio guipuzcoano, que pasará a disponer de protección legal, inscribiéndose en el Inventario del Patrimonio Histórico”.

Áncora instó a las diferentes instituciones vascas competentes en materia cultural a que “actuaran de forma coordinada para conseguir la recuperación de este tesoro de nuestro patrimonio colectivo”.