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Palabras para Álex Angulo

Familiares, amigos y compañeros abarrotan el Teatro Campos Elíseos para rendir tributo al actor

Palabras para Álex AnguloFoto: José Mari Martínez

BILBAO - El Campos Elíseos de Bilbao se llenó ayer para despedir a un hombre “sencillo y grande”: Álex Angulo. Familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos de Ciudad Jardín se acercaron hasta el bello edificio de la calle Bertendona para arropar a su mujer y a su hija y para recordar al hombre. “No quiero hablar, es el último adiós y he querido estar al lado de su familia, solo eso”, declaraba Álex de la Iglesia a las puertas del teatro. Abatido, el cineasta bilbaino apenas pudo balbucear dos frases. Otro tanto le ocurrió a Aitor Mazo, aunque el actor se mostró más entero que el director de El día de la bestia. “Vamos a apoyar a la familia, a estar con ellos, y a recordar a Álex”.

Una vez dentro, el propio Mazo fue quien tomó la batuta del acto, que se suponía íntimo y discreto pero que congregó a más de 500 personas y a una cuarentena de medios de comunicación, que apenas contaron con diez minutos para empaparse de lo que acontecía dentro del recinto. “Esto es como un funeral; pedimos respeto”, aclaraban los organizadores del acto, que discurrió de forma sencilla y emotiva, tal y como le hubiera gustado al propio Angulo.

El agurra del bailarín Asier Zabaleta, que se movió acompañado por las notas del piano negro de Iñar Sastre, tensó aún más la cuerda emotiva de la ceremonia, que estuvo presidida en todo momento por una foto divertida de Álex Angulo, donde el actor de Erandio aparecía saludando y sonriendo, parapetado tras un muro blanco.

La misma imagen ilustró un marca páginas que los organizadores regalaron a todos los asistentes, un trocito de cartón engalanado con la letra de la canción Alfonsina y el mar, una preciosa zamba compuesta en los 60 por el pianista argentino Ariel Ramírez y por el escritor Félix Luna, en honor a Alfonsina Storni. “Te vas Alfonsina con tu soledad/ ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?/ Una voz antigua de viento y de sal/ te requiebra el alma y la está llevando/ Y te vas hacia allá como en sueños/ dormida, Alfonsina, vestida de mar”.

el mundo de álex Aitor Mazo marcó las pautas del acto, dejando claro que allí no había ni escenario, ni actores, ni público. “Es un adiós de sus amigos y conocidos, un recital de sentimientos para recordar a una persona que era todo bondad y humildad”, dijo el actor bilbaino. Después le llegó el turno a Ane Gabarain, que inauguró la trenza de frases y palabras que remarcaron el carácter afable y la forma de ser, cercana y sencilla, de Álex Angulo. “No venimos a rendir tributo al actor -proclamó Mazo minutos antes-; aquí venimos a homenajear al amigo, al compañero, al convecino, en un homenaje que estoy seguro de que a él le hubiera parecido también excesivo, tal era su humildad y su sencillez”. Así, Mazo quiso olvidarse del actor para reparar en el hombre, “porque tal y como remarcó un poeta ruso, Yevgueni Yevtushenko, en un poema dedicado a la Muerte de las personas sencillas, cada vez que se muere un hombre, con él se muere un mundo entero”. En los prolegómenos del homenaje, Mazó contó también que le sorprendió ver llorar a las vecinas de Angulo de Ciudad Jardín, al ser espetadas por los medios de comunicación. “Algo debiste hacer bien para que tanta gente te llorara, y no solo en el teatro”, concluyó.

Entre todos trataron de reconstruir de forma simbólica el mundo de Álex Angulo, “esa parte insustituible de humanidad que hasta el día del aciago accidente era todo un mundo”. Y bautizaron el acto con un titular discreto y asequible, espejo de la personalidad del actor erandiotarra: Palabras para Álex.