Neneh Cherry. ¿Quién?

Neneh Cherry, la cantante hija adoptiva del jazzista Don Cherry, siempre demostró ser una mujer y una artista particular, convencida de su fuerza y autonomía en la toma de decisiones. Por ello, hace casi dos décadas optó por dejar de lado el mundo del pop cuando estaba en lo más alto tras colaborar con Youssour N' Dour, para retirarse a cuidar de sus hijos. Ahora, 18 años después de su último trabajo en solitario y tras participar en proyectos diversos, ha vuelto con un cuarto disco titulado Blank Project (Smalltown Supersound), en el que marida electrónica, hip hop, soul y jazz. "Es 100% yo, de forma cruda y real", según la cantante.

¿Quién diablos es Neneh Cherry?, se preguntarán los más jóvenes. Fue grande, muy grande. Se dio a conocer en 1989 con un disco titulado Raw like sushi que incluía clásicos como Buffalo stance, a ritmo de pop, soul y música urbana. Todavía hoy se nos escapan los pies y su estribillo acude a la boca con su escucha, al igual que con Manchild. Neneh estaba en boca de todos y, por ello, fue una de las invitadas de honor en un disco clave en la música de los años 90, Blue lines, de los británicos Massive Attack, punta de lanza del Sonido Bristol - ¡qué lejana queda la etiqueta brit-pop!- y de la conjunción del viejo soul con la electrónica narcótica y sonidos caribeños como el dub.

Poco después, en 1992, llegó Homebrew, un disco continuista y destacable pero sin la capacidad de sorpresa del trabajo precedente a pesar de la pegada y el gancho melódico de temas como Money love. Eso sí, con su tercer disco, el más convencional y feminista Man, editado hace 18 años y en cuya portada aparecía rodeada de mujeres vestidas de flamencas fruto de su residencia temporal en Andalucía, al igual que la guitarra de Golden ring, logró su cumbre comercial con la colaboración con el senegalés Youssour N' Dour en 7 seconds, una canción concienciada y antirracista por la que no pasan los años.

"Estoy orgullosa de esa canción. Mi marido y yo trabajamos mucho para que funcionara", ha explicado Neneh, que en la cumbre comercial de su carrera optó por alejarse de "la rutina y el hastío de la música", obligada a grabar y salir de gira sin tiempo para descansar. "Ya no me sentía auténtica y necesitaba algo más", ha explicado con motivo del lanzamiento de su disco actual, cuyo título alude a "la página en blanco por la que empieza todo proceso creativo".

muy viva A pesar del tiempo transcurrido, Neneh demostró que seguía viva en trabajos puntuales con CirKus y el reciente The Cherry Thing, disco que pasó injustamente desapercibido y que compartió con la banda sueca de jazz The Thing. Volvió a sentirse cómoda y ahora publica Blank Project. "Es 100% yo, de una forma pura, básica, cruda y real", ha indicado la sueca, que ha trabajado con el productor Four Tet y con el grupo de apoyo Rocketnumbernine, ligado al jazz. El CD se grabó únicamente en cinco días en una iglesia reconvertida en estudio y con la idea de buscar el "pellizco" del momento y no repetir demasiadas tomas. De hecho, algunas canciones solo llegaron a interpretarse en una ocasión, como en el caso de Everything.

El álbum confirma el buen estado creativo de Neneh, especialmente de su voz, además de su falta de prejuicios estilísticos, ya que la decena de temas fluctúan entre el free jazz, la electrónica, el hip hop y el soul. Y lo hacen de manera orgánica y natural, con arreglos minimalistas y un sonido crudo. Entre el arranque con un Across the water con apenas más instrumentos que la voz y la despedida de Everything, acelerada y con la improvisación del soul sobre los escenarios, destaca el trip hop del tema titular, con guitarras a lo Mezzanine; el soul cibernético y pop de Naked, todo un hit, como Out of the black; la rockera, oscura e hipnótica Weightless; y la atropellada Cynical, con su sección rítmica jazz y su maravillosa imperfección. Neneh, sí. Su voz sigue viva, su música inquieta y exigente. Un regreso magnífico.