Donostia. Cambió su licenciatura en Derecho por un doctorado cum laude en hostelería obtenido a base de servir muchas cañas y buena música. Lleva detrás de la barra de Le Bukowski desde 1997. Es hora de encender las bengalas y descorchar el cava.
¿Qué diferencias hay entre el Bukowski de hoy y el de los 80 y 90?
Muchas y pocas? Sería como viajar a los años 80? La URSS, Larry Bird, el Drugstore y La Perrera? Pero cuidado: "Somos los mismos que cuando empezamos".
¿Se vive de otra manera la música? ¿Echa de menos los viejos tiempos?
Se vive de otra manera la vida. Y eso salpica. Haciendo click con un dedo te enteras de todas las músicas pero no estás en ninguna. ¿Echar de menos los viejos tiempos? No? ¡Pero si se fumaba en los autobuses!
¿Diría que el Bukowski se ha abierto del característico punk-rock inicial a otros estilos como el indie?
No. Primero porque nunca hemos estado cerrados a nada: Javier Sun, Anari o Sidonie no hacen punk-rock precisamente. Y en segundo lugar, porque no sé muy bien qué es indie. Lo juro. Solo sé que llevan flequillo y el cuello prieto.
Actuales usuarios del Bukowski ya lo frecuentaban en 1988 y en los conciertos escasea el público joven. ¿Hace falta un relevo generacional?
En la calle también falta público joven. Donostia es la ciudad más cara del Estado, tenemos la natalidad más baja del mundo junto a Japón? Que dentro del Bukows sucediera lo contrario sería magia.
Últimamente, han abandonado su guarida para organizar conciertos en el Teatro Principal -como los del inminente aniversario- o el festival Ze Premikin! en Gazteszena...
Le Bukowski es una promotora que programa todo el año en su propia sala. Esto implica unas limitaciones de aforo y horarios, y a veces nos apetecen otros recintos.
¿Cuál es la relación con el Ayuntamiento? Hace un par de años hubo problemas con algún vecino y se precintó el equipo de sonido?
La relación que tenemos con el Ayuntamiento es a través de Donostia Kultura y siempre ha sido de cooperación. Los vecinos tienen sus derechos y hay que respetarlos. Un sábado noche y con la ley antitabaco, no es tarea fácil.
Hace diez años nos quejábamos de la escasez de conciertos y ahora asistimos a un boom de la música en vivo, con cierta saturación en escenarios de mediano y pequeño aforo.
Sí, estoy de acuerdo. También hay un boom de panaderías. No me imagino la vida sin música ni sin pan.
Ni sin disc-jockeys
Es fundamental. La música en vivo es solo una parte de lo que programamos. Es el detonante de muchas noches enormes. Somos klubbers y traemos DJs de São Paulo, Nueva York, Múnich, Caracas, Madrid, Bilbo, Iruñea? Además de todos los iconos donostiarras de los platos y nuestros mimados Makala y Budin.
También se hacen presentaciones de libros, se graban discos en directo?
Sí, por ejemplo el legendario Señor sí, un directo acústico del grupo Señor No. Y se han rodado vídeoclips, reportajes de moda, cortos, largometrajes?
¿Cómo explicaría el Bukowski a alguien que no lo conoce? ¿Cuál es el secreto de su éxito?
Creo que gentes muy diversas podrían considerarlo su casa y sentirse arropadas aquí. Eso nos gusta.
Y cuando la gente se refiere a la sala como un oasis musical, ¿qué piensa?
Depende de quién te lo diga.
¿Hay peligro de caer en la autocomplacencia? Ustedes mismos definen Le Bukowski como "la sala más activa y emblemática" de la ciudad.
Eso son números.
También tendrá algo que ver la calidad?
Qué duda cabe... Pero eso es una cuestión más subjetiva, mientras que los números -unos 1.600 conciertos- no admiten disputas. Programamos bajo nuestro criterio. Todas las semanas intentamos traer a gente de todo el mundo, lo más interesante que se mueve por ahí. Hay veces que miro en la web nuestra programación de las últimas temporadas y me parece espectacular. Se me pasa enseguida...
¿Cuáles son, en su opinión, los puntos fuertes del Bukowski?
La trayectoria, el colectivo, la autogestión, la libertad de criterio y mi socio Asier.
¿Y los flacos? ¿Qué le falta al club?
Que la gente maneje y gaste con la alegría de antaño y una climatización decente. Eso o un magnate ruso. (Risas)
¿Cuáles son sus deseos para el vigésimo sexto año de Le Bukowski?
Que tengamos muchas noches mágicas como hasta ahora. Y veros a todos por ahí.
¿Y cómo imagina el local en otros 25 años? Entonces estaremos en 2038.
Cuando cumplamos medio siglo, los casquetes polares se habrán derretido, habrá subido unos metros el nivel del mar? El Bukows estará en primera línea de playa. Sonará Boney M? Todo tendrá sentido, por fin?