DONOSTIA. Hasta el 10 de noviembre, la sala de actividades de la Biblioteca Municipal, conocida popularmente como la cripta, responderá mejor que nunca a esa denominación. El subterráneo espacio de la calle San Jerónimo aparece sembrado de cadáveres vejados, cabezas putrefactas y horribles criaturas: todas engendradas en el estudio Quimera FX, firma de efectos especiales de maquillaje radicada en Trapagaran (Bizkaia) y que trabaja para proyectos de cine, televisión y espectáculos varios.

Sus impulsores son Gorka Aguirre y Cristina Iglesias, dos talentosos artistas que siempre sintieron una irrefrenable atracción por el cine fantástico y de terror. Él lo lleva escrito en la cara, o más bien en el cuello, donde luce un tatuaje de Jason (Viernes 13). Aguirre creció en un mundo sin Internet, por lo que las revistas como Fangoria y el cine sobre todo el splatter italiano fueron su única ventana a los efectos de maquillaje. Pronto recibió encargos de conocidos como Koldo Serra, Nacho Vigalondo o Borja Crespo, para cuyos cortos comenzó a perpetrar diseños a base de gomaespuma de colchón, sirope de fresa, gelatinas y hasta masa de pan conseguida en la pastelería en la que trabajaba. Ahora que se dedica profesionalmente a esta tarea, los retos son mayores, pero también es más fácil encontrar información y tutoriales en la Red.

CADÁVERES, CABEZAS, MONSTRUOS...

Pasión por el cine de terror. "De pequeñita" Cristina Iglesias pudo ver todas las películas de terror que quiso porque era su madre quien se las alquilaba. "Y he salido normal", bromeaba ayer la maquilladora de Quimera FX, que suele encargarse del diseño de criaturas fantásticas, del patronaje de sus trajes o de la colocación del pelo, que casi siempre es humano porque el sintético no se puede tratar con laca o gomina. Su compañero Gorka, en cambio, está especializado en amputaciones, salpicaduras de sangre, prótesis dentales o rotura de huesos, además de salsear en temas mecánicos y de animatrónica. "Me encanta este trabajo: levantarme un lunes para hacer un brazo cortado está de puta madre", confesaba ayer.

Cual sótano del miedo, la cripta exhibe los trabajos que han realizado en los últimos años, sobre todo para directores como Paul Urkijo y actores como Ander Pardo, cuya cabeza modelada aparece en un lugar preferente, a modo de homenaje, junto al siniestro diseño del corto Jugando con la muerte. "Ander es nuestro actor fetiche, está debajo de muchos de nuestros maquillajes y sabe muy bien cómo llevarlos para potenciar el personaje", aseguraron los artistas, que pueden tardar seis horas en maquillar a un actor y una en desmaquillarlo.

Varios paneles explican cómo se fabrican piezas realistas a partir de moldes de los actores que luego se pasan a plastilina para infligirles todo tipo de heridas en forma de prótesis de espuma de látex. Hay impresionantes cabezas con el maquillaje de cortos como Lazarillo Z, de Zoe Berriatúa, o Cólera, de Aritz Moreno. Destacan también las del reciente largometraje Omnívoros, dirigida por Óscar Rojo. De este último filme procede una de las piezas más impactantes e hiperrealistas de la muestra, el cadáver completo de una madre devorada por su hijo... y por los gusanos en el rodaje se utilizaron ejemplares reales. Hay otros cadáveres, entre ellos el de un policía con la cabeza aplastada que fue utilizada en Almas sin dueño, la malograda película de Tinieblas González.

Una de sus últimas creaciones, el gran gorila de la obra de teatro Kibubu, les llevó nueve meses de trabajo, no solo porque colocaron sus pelos uno a uno, sino porque debían lograr el máximo realismo en la expresión y la anatomía. Además, en los próximos meses se estrenará Loreak errepidean, la película de Jon Garaño y José Mari Goenaga en la que Quimera ha trabajado diseñando un cadáver que no está expuesto en San Jerónimo. Es su primer trabajo no relacionado con el género fantástico y de terror. Trabajo no les falta, pero a Iglesias le haría ilusión diseñar un alienígena mientras Aguirre fantasea con la idea de participar en un "proyecto muy gordo" y con muchos especialistas en diferentes áreas. Ambos coinciden en que les gustaría crear un personaje memorable al estilo de la niña de El exorcista, Chucky o Freddy Krueger: "Lo más grande tiene que ser hacer algo que la gente recuerde al instante". Hace unos días, cuando montaban la exposición, una niña señaló el cartel con la criatura de Ohe azpiko zera (Bajo la cama), el corto de Paul Urkijo, y le dijo a su madre: "Ama, ama, ese es el monstruo que se come los calcetines de los niños". De momento, parecen ir por buen camino...