DOnostia. "Imagina que los superhéroes existen". Esta evocadora frase sirve para introducir al espectador en Magno, el falso documental que hoy a las 17.00 horas se proyectará en el Teatro Principal. Dirigido por el catalán Santiago Alvarado, el filme relata en clave de comedia -unas veces salvaje, otras veces tierna, pero siempre divertida- el auge y caída del primer superhéroe español.
Nació bajo el nombre de Manolito Expósito a comienzos del siglo XX en Montijo, un pequeño pueblo de Badajoz, pero no comenzó sus andanzas hasta los años 30, cuando descubrió que podía volar y usar poderes como los rayos X o la supervelocidad. Salvó a España de la división fratricida y en cinco días evitó la II Guerra Mundial, que terminó con un mini-holocausto de solo diez muertos y Hitler convertido en el artista que siempre quiso ser.
En los años 60 vivió su época dorada y se enfrentó a villanos como Eco Mortal o Doctor Subterráneo, su enemigo más fiel. Salvó a la humanidad en múltiples ocasiones, fue un admirado héroe planetario... Hasta que en los 80 fue acusado de abusos sexuales contra su ayudante, el joven Little Prodigio. El supuesto caso de pederastia jamás se aclaró pero desde entonces Magno cayó en desgracia y se retiró de la vida pública para trabajar como frutero que fuma puritos y bebe limpiacristales azul. Ahora, un equipo que prepara un documental sobre él se convierte en su sombra para contar su historia y restaurar su imagen.
'Low Cost' Los actores Juanjo Pardo (Magno), Rafa Delacroix (Jordi Uno) y Josep Seguí (Doctor Subterráneo) acompañarán hoy al director en la proyección del Principal. En la rueda de prensa de ayer hablaron de la dificultad de afrontar una producción low cost rodada en distintos periodos de un año entero y "sin subvenciones". El presupuesto, "casi nulo", ha ascendido a 40.000 euros pagados de sus bolsillos. Nadie ha cobrado por este trabajo hecho y financiado entre amigos que confían en encontrar distribuidora para estrenar Magno en salas comerciales o en plataformas virtuales como Filmin. Tras estrenar el largometraje en Sitges, se muestran "contentos y orgullosos" por mostrarlo en la Semana, que apostó por ellos desde el principio.
Con este trabajo, afirmaron, han querido huir de la "parodia fácil" para reírse "más con el superhéroe que de él", sobre todo porque "mofarse" les parecía totalmente "inapropiado". "Hay gags cómicos pero están hechos con respeto: a mucha gente nos gustan las historias de superhéroes", señaló Alvarado.
Sin embargo, la personalidad del protagonista guarda relación con la idiosincrasia española, pues según el actor que lo interpreta, "Magno es un hijoputa, un antihéroe, un español rencoroso y envidioso". "Posee ese lado mezquino de este país que valora más a los de fuera que a los de dentro", añadió Pardo. Su compañero Josep Seguí opinó que el personaje también refleja la "ingratitud de la sociedad" española que, como se dice en el filme, primero usa a los ídolos y luego los tira.
Aunque han fantaseado con la posibilidad de rodar una segunda parte o incluso un spin-off de alguno de los superhéroes que aparecen en Magno, para su próximo proyecto intentarán "cambiar de registro" para demostrar que pueden ir más allá de la comedia.
Sobre los vistosos y resultones efectos especiales, Seguí opinó que "donde no hay pasta, pones talento", a lo que Pardo añadió, tajante, que si se tiene una buena historia como Magno, "no es necesario esperar a que papá Estado o papá Ministerio te den el dinero para hacerla". "Sé que este discurso es políticamente incorrecto y que algunos me tacharán de traidor, pero hemos visto auténtica morralla subvencionada. La crisis trae consigo cambios y quien no quiera enterarse, que siga esperando al carro de las subvenciones", concluyó entre los aplausos del equipo de la película.