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Arantzazu Amezaga narra la conquista a través de las vidas de personajes corrientes

la escritora presenta '1512', una novela histórica de intrigas, héroes y villanos Narra los acontecimientos que sucedieron en torno a la conquista de Navarra a manos de Fernando de Aragón

donostia. Después de varias novelas centradas en diversos acontecimientos históricos relacionados con la historia del pueblo vasco, Aran-tzazu Amezaga Iribarren regresa al panorama editorial con 1512. La conquista de un reino. Nabarra (Libros en red), una novela centrada en los acontecimientos sucedidos en torno a la conquista de Navarra a manos de Fernando de Aragón en 1512. Un "atropello" que tuvo graves consecuencias en numerosos ámbitos, aunque la autora se centra en las que padeció la gente corriente, encarnada en dos personajes ficticios que viven una historia de amor mientras el reino se desmorona.

Amezaga cuenta, divertida, que lo suyo deben ser "las causas perdidas", porque ha escrito sobre la 1º Guerra Carlista, la Zamacolada, las misiones jesuitas en Paraguay, la rebelión de Xavier Mina en México, ahora la conquista... Y de muchos de estos asuntos apenas había documentación, de ahí que haya tenido que bucear en las fuentes, lo que no es ninguna condena, dada su vasta experiencia como bibliotecaria. De hecho, "la falta de bibliografía" fue el germen de este último libro, para el que hizo el esfuerzo de leerse la magna obra que sobre este particular escribió Arturo Campión, así como a Yanguas y Miranda y Boissonade, "que me gustó mucho", entre otros. Eso sí, siempre con una pregunta en mente: "Quería saber cómo pudo vivir la gente aquel atropello político, militar y religioso".

Y es que, como apunta Mikel Irujo en el prólogo, "la historia suele olvidar que detrás de cada reino, guerra o conquista existe la vida de personas que sienten, que padecen, que aman", por eso el principal mérito de Amezaga es lograr que "realicemos un viaje en el tiempo y que sintamos en nuestro interior el frío que describe de los largos inviernos de Nabarra o el amor que va floreciendo en los protagonistas". No en vano, esta novela histórica cargada de intrigas, héroes, villanos y pasiones tiene dos rostros reconocibles por muy ficticios que sean, los de Otxanda y Daniel, una mujer de Sangüesa y un hombre de padre judío y madre tolosarra que descubrirá sus raíces y tomará partido por su pueblo ante la agresión externa.

Junto a estos jóvenes, también aparecen otras figuras imaginadas, como Sara, que se venga de su violador, uno de los secuaces del conde de Lerín; pero también símbolos y mitos de la cultura vasca. "Esta es una novela, no un libro de Historia, aunque no puedo alejarme de ella y encauzo mi imaginación en los márgenes históricos y también, por qué no decirlo, en mis convicciones políticas, que durante la elaboración de este texto se han visto fuertemente reafirmadas, porque no veo que Navarra ganara nada con aquellos hechos".

En este sentido, cabe destacar que Amezaga profundiza también en algunos personajes históricos, pero sobre todo en la reina Catalina de Foix, que, junto a su esposo Juan de Albret formaba "un matrimonio del Renacimiento". "Tenían una gran biblioteca, miraban hacia lo que sucedía entonces en Europa y todo eso quedó cercenado cuando Fernando entró a sangre y fuego", subraya. Una de las peculiaridades de 1512 es que sucede entre posada y posada, lo que permite a la autora reflejar distintos lugares del reino como Donibane Garazi, Sangüesa, Pamplona, Viana y otros.