NERVIOS en el ambiente y repaso de última hora. Aunque parezca que los alumnos se examinan de Selectividad, en esta ocasión se trata de futuros músicos que se juegan entrar en el prestigioso centro superior de Musikene, que oferta 82 plazas para 241 candidatos.
El aulario Barriola de la UPV acogió ayer a las 10.00 horas las primeras pruebas de acceso para optar a entrar al centro. Se examinaban las especialidades de interpretación clásica y pedagogía, en un examen común para todos. La formación técnica constaba de cuatro partes: dictado rítmico melódico, armonía, análisis, historia de la música y, por último, cultura musical.
Durante las próximas dos semanas continuarán las pruebas para las distintas especialidades, composición, dirección tanto de orquesta como de coro y de interpretación de jazz. Además, la prueba de acceso cuenta con una segunda prueba, que depende de la especialidad a la que se presentan los candidatos. Los de interpretación deben hacer una lectura a vista y una audición de repertorio libre, en la que se les pide que demuestren conocimientos de diferentes estilos y autores. Por último, deben realizar una entrevista en la que se les pregunta sobre aspectos de la interpretación. Esta segunda prueba tiene un valor porcentual mayor, un 65%, y la prueba escrita, sin embargo, un 35%. Son dos pruebas separadas pero que se computan.
No es fácil entrar en Musikene y eso lo saben los alumnos. Por eso también realizan las pruebas de acceso en otros centros, la mayoría en Esmuc y el Conservatorio Liceu de Catalunya, pero también hay quien se ha presentado en Pamplona y Zaragoza.
Musikene está considerado uno de los centros más prestigiosos del Estado: el 55% de los aspirantes que se presentan proviene de España; y un 45% aproximadamente son alumnos de la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra. También acuden extranjeros. Ayer, por ejemplo, cuatro alumnos solicitaron hacer el examen en francés y dos en inglés.
Según explica Patri Goialde, el gestor académico del centro, la característica principal radica en los profesores, que compatibilizan el trabajo de docente con el de intérprete. Algunos de ellos además son muy conocidos y esto "atrae y realza el valor de la elección" de los alumnos.
Asimismo, el centro ofrece especialidades únicas del Estado como es el txistu, un instrumento autóctono que pretenden fomentar, ya que tiene una dimensión académica igual que cualquier que la de cualquier otro.
También ofertan una plaza para órgano, que no suele ser una especialidad mayoritaria. Se trata de un instrumento con mucha tradición en Euskal Herria, pero "quizá no tanto para estudiarlo", recalcó Goialde. Asimismo, es un instrumento peculiar porque no se puede tener en casa como, por ejemplo, un violín, y esto dificulta que la gente se interese por el órgano.
Los instrumentos más demandados son el piano, al que se han presentado 27 personas y para el que disponen de seis plazas; el violín, al que se han presentado 19 personas para ocho plazas; el clarinete, con trece candidatos y solo 2 plazas; como ocurre en percusión; y la guitarra de jazz, a la que se presentan doce candidatos para dos plazas. Y es que ocurre todos los años: "Hay más demanda que oferta", comenta Goialde.
plazas en septiembre
Preparación de nivel
A juicio del tribunal, entran los más preparados, es decir, los que obtengan la nota más alta. Porque, según Goialde, el centro debe asegurar que el alumno cumpla el objetivo de que en cuatro años tenga un nivel profesional para incorporarse a una orquesta o trabajar como profesional. No obstante, si solo hay una plaza y consideran que la persona que se presenta no está cualificada para ella, sistemáticamente se queda sin cubrir y se vuelve a sacar en septiembre.