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Una 'Monja alférez' interpretada por ocho actores y actrices

El centro dramático nacional acoge una función sobre la vida de catalina de erauso

MADRID. La monja alférez, una historia barroca y sensorial obra de Domingo Miras, llega al Centro Dramático Nacional (CDN) de Madrid de la mano de Juan Carlos Rubio en una propuesta escénica distinta donde ocho de los trece actores del elenco -hombres y mujeres- interpretan distintos momentos de la vida de Catalina de Erauso.

La obra, que ya fue llevada al celuloide por Esperanza Roy en 1987, cuenta la historia de una guipuzcoana del siglo XVII que, harta de la vida de convento, decide huir y hacerse pasar por hombre y sobrevive a fuerza de decisión. Se trata de un personaje cuya ambigüedad marca todos los movimientos, explicó ayer el autor en una rueda de prensa.

Si era feminista, lesbiana, una provocadora o una retadora capaz de demostrar que una mujer puede hacer lo mismo que un hombre o justamente todo lo contrario, al ocultar su condición femenina, es el reto al que se enfrenta el espectador, añade Mira. "Es un texto barroco diseñado en forma de espiral, la idea típica del barroco, una línea ascendente que nunca puede cerrar el círculo", apunta el autor, que añade que "la figura de Catalina también es barroca, contradictoria, ya los conceptos de monja y alférez unidos, dan también una idea barroca de contraposición de términos que hay que armonizar, aunque sea a la fuerza".

Rubio entiende que la mitad de la dirección de una obra de teatro es la elección del reparto y en este caso, además, se suma la decisión de utilizar a hombres y mujeres para interpretar a la protagonista: "Quería unas catalinas múltiples -señala- para hacer más hincapié en esa contradicción, en ese juego de género". "No se sabe muy bien por qué se vestía de hombre, si era porque quería ser hombre, porque quería las libertades de los hombres, si era lesbiana o no lo era", opina el director, a lo que una de las catalinas, Nuria González, apunta: "Qué más da: era una superviviente".

"Ella hacía lo que podía. Ahora sobrevivimos (las mujeres) en un estado de cosas del que no voy a hablar más, pero la esclavitud de la mujer es un hecho patente en más de la mitad del mundo, con lo cual no hablamos de algo tan pasado de moda, desgraciadamente", resume la actriz malagueña.

González es la Catalina más divertida, "la que se enamora, salva chicas, juega con todo: mola un montón", asegura la actriz, que hubiera querido ser la Catalina que interpreta Cristina Marcos, la que se encuentra al borde de la muerte en un desierto y sale adelante gracias a su resistencia a caer.