MADRID. El músico cubano Bebo Valdés, una de las figuras más prominentes del jazz latino a nivel mundial, falleció ayer en Suecia a los 94 años, según confirmaron fuentes cercanas al artista, que apuntaron que el artista sufría alzhéimer.
Bebo Valdés, establecido en Málaga, se había trasladado hace dos semanas a Suecia, donde viven algunos de sus hijos, debido a un empeoramiento de su estado de salud.
Ramón Valdés Amaro, verdadero nombre de Bebo Valdés, nació el 9 de octubre de 1918 en la localidad cubana de Quivicán, cerca de La Habana, en una familia humilde que le animó a recibir clases de piano gratuitas con Moraima González y pronto la experiencia empezaría a convertirlo en músico.
Pianista, compositor y arreglista, fue uno de los músicos más emblemáticos e innovadores procedentes de la isla caribeña por su fusión del jazz y la música afrocubana, que destacó como promotor de jam sessions del jazz afrocubano. El padre de otra gran figura de la música afrocubana, Chucho Valdés, pasará también a los anales de la historia por su contribución a la fusión del flamenco y del jazz con el multipremiado álbum Lágrimas negras (2002) junto a Diego El Cigala, trabajo distinguido con un premio Grammy.
Valdés era ya músico en los años 30, época de actuaciones con el padre de Paquito D'Rivera en clubes de jazz como el Rívoli, pero su primera orquesta fue Happy Happy de Ulasia y su primera gran colaboración fue con la orquesta de Curbelo.
La popularidad le llegó en la década de los 40, con sus singulares interpretaciones de ritmos bailables, y su trabajo con leyendas cubanas como Cachao, Benny Moré, Mario Bauza o Ernesto Lecuona.
Bebo Valdés tomó en 1960 la decisión de abandonar Cuba al negarse a denunciar a su amigo Humberto Suárez, como le exigían las nuevas autoridades surgidas tras el levantamiento de Fidel Castro, dejando allí un último gran éxito, Mucho sabor.
Dos años después llegó por primera vez a España, donde realizó una gira con el cantante chileno Lucho Gatica, y en 1963 se estableció en Suecia, tierra natal de su esposa, donde vivió 42 años.
Tras 30 años de silencio artístico, volvió a la actividad a los 76 años con Bebo rides again y alcanzó una segunda edad de oro gracias a discos como El arte del sabor (2001) y sus colaboraciones con el director de cine Fernando Trueba.
Curiosamente, Chuchito Valdés, hijo de Chucho y nieto de Bebo, actuó hace tan solo unos días en el Victoria Eugenia de Donostia.