Tras la fiebre adolescente de Crepúsculo, la escritora estadounidense Stephenie Meyer baja la temperatura hormonal y sube la reflexiva en La huésped, inicio de una nueva saga literaria y cinematográfica más cercana al público adulto. Como si fuera una estrella adolescente, a pesar de sus 39 años, Meyer se enfrenta a la prueba de la madurez. No la suya, sino la de sus fans, y a menos de tres semanas del estreno de la película que ella misma produce, ayer se dio un baño de masas para firmar en el cine Callao de Madrid ejemplares de La huésped. Con este libro con temática alien enterró en 2008 a sus inmortales vampiros Edward y Bella y abrió una nueva trilogía en la que el amor en conflicto con la dicotomía cuerpo-alma y la convivencia de pueblos diferentes vuelven a tomar protagonismo.