Donostia. El de Fernando Franco (Sevilla, 1976) es un caso poco común pero no tan extraño como pudiera parecer. Se le conoce por su trabajo de montador de filmes como No tengas miedo o (2011) la premiada Blancanieves (2012), pero acaba de dar el salto a la dirección con La herida, una película cuyo rodaje recaló ayer en el donostiarra paseo de Francia antes de trasladarse hoy a Zumarraga y posteriormente a Madrid, donde les quedan aún cuatro semanas.
La actriz Marian Álvarez, conocida por series como La fuga, La duquesa, La ira o Siete vidas, interpreta a Ana, una joven de 28 años que tiene problemas para relacionarse. Su conducta se torna cada vez más autodestructiva y llega incluso a autolesionarse. Padece lo que los psiquiatras llaman trastorno límite de la personalidad o conducta borderline. Ella, por supuesto, no lo sabe, y su deseo es hallar la felicidad.
ficción con tono documental Esta producción del donostiarra Koldo Zuazua cuenta con 900.000 euros de presupuesto y tiene su origen en un proyecto expositivo llamado Miradas al límite. Lo encargó el museo Artium a Luiso Berdejo, León Siminiani, Isaki Lacuesta, Jaime Rosales y Fernando Franco, que al inicio enfocó su trabajo como un documental. De hecho, trató directamente con personas que sufren ese trastorno pero le pareció demasiado "complejo" y terminó decantándose por la ficción, ya que la gente con ese tipo de problema "agudiza sus sentimientos autodestructivos si siente que es lo que te interesa de ellos".
El director ha coescrito el guión con Enric Rufas -colaborador habitual de Jaime Rosales, que también estuvo vinculado al proyecto en su fase inicial- y define la historia como un "drama". Pero como la protagonista no sabe qué le sucede, es como "una montaña rusa de estados de ánimo" y la película sigue el "vaivén" del personaje: "No es ni puro drama ni pura comedia". Es una ficción que, sin embargo, "está cerca del documental de seguimiento", pues Álvarez aparece en todos y cada uno de los planos. Por eso ha rodado en 16 milímetros, porque ese formato le permite seguir mejor a la actriz y porque prefiere la textura del celuloide al vídeo. Además, trabajar con película es más caro que en digital, y ello obliga a los intérpretes a concentrarse mucho más para que las tomas salgan bien a la primera.
Algo más necesario si cabe en un filme construido con largos planos secuencia. Franco calcula que La herida tendrá aproximadamente unos 140 planos cuando lo habitual suele ser que una producción media supere los 2.000. Según explicó, no será él quien monte el filme, sino que lo hará su amigo David Pinillos, también metido a cineasta y cuya ópera prima, Bon appétit (2010), fue editada por Fernando. "Siempre quise dirigir y pensé que la mejor manera era aprender otro oficio. En la sala de montaje he podido fijarme en los aciertos y errores de los directores con los que he trabajado", asegura antes de confirmar su intención de compaginar la dirección de películas y cortos con el montaje: "Entiendo el cine desde diferentes ámbitos".
El reparto En el equipo destacan, entre otros actores, Ramón Barea, Vicente Romero, Rosana Pastor, Andrés Gertrudix, Ramon Agirre y Nagore Aranburu, aunque la protagonista absoluta es Marian Álvarez (Madrid, 1978), que sedujo al director por su papel en Lo mejor de mí (2007). "La cámara mira donde ella mira y va donde ella va", decía ayer antes de rodar una escena en la que todo el equipo seguía a la actriz.
La joven considera el papel de Ana un "regalo" que le permite "volar" como intérprete. Ha investigado y ensayado mucho junto al director, que eligió rodar en Donostia para vincular el personaje con el mar. Si regresan a la ciudad, les gustaría hacerlo para estrenar la cinta en el Zinemaldia. "Sería interesante", dicen esbozando una gran sonrisa.