Los Ángeles. Conserva su seductora voz ronca y está orgullosa de la impronta que ha dejado en Hollywood, según susurró en abril Kim Novak ante el Teatro Chino de Los Ángeles. Allí se ensució manos y zapatos ante el legendario cine para inmortalizar sus huellas en cemento. Novak, que hoy cumple 80 años, fue noticia poco antes de esta comparecencia, una de las pocas ocasiones para poder verla en un acto público. Antes de la entrega de los Oscar, echó pestes sobre el director francés Michel Hazanavicius, porque en su película muda The Artist usó música del clásico de Alfred Hitchcock Vértigo (1958). En un comunicado a página entera en la revista Variety, Novak dijo que se sentía como si se hubiese vulnerado toda su labor en la película. Novak apenas tenía 24 años cuando encarnó a una misteriosa mujer de doble vida y junto a James Stewart consiguió que a millones de personas se les erizara la piel.
Sexy, rubia y fría, esa fue la receta del éxito de Kim Novak, la Sharon Stone de los años 50. Los grandes jefes de Hollywood presentaron a la joven modelo como una diosa del sexo y Hitchcock la hizo inolvidable. Pero Novak puso pronto límites a la fábrica de sueños. "Me querían cambiar por completo", recordó más tarde la actriz. "Siempre fue así, como si tuviera que luchar para poder mostrar mi verdadero yo", señaló. En protesta por el trato de parte de los estudios, huyó pronto a la zona del Big Sur y posteriormente algo más al norte hasta el Estado vecino de Oregón. Desde los años 80 vive con su segundo marido, un veterinario, en un rancho rodeada de caballos y llamas. La última vez que se puso delante de la cámara fue a las órdenes del director británico Mike Figgis en Liebestraum (1991).