DONOSTIA. Srdjan Spasojevic es solo uno de los 26 directores de The ABCs of Death, pero fue él quien acaparó ayer el mayor número de preguntas. Hace dos años, su debut en el largometraje, A Serbian Film, ocasionó un revuelo nunca antes conocido en la Semana de Terror, que fue obligada por orden judicial a suspender cautelarmente los pases de la cinta. La decisión la originó una demanda interpuesta por la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), ante la posibilidad de que el filme incurriera en un delito contra la libertad sexual. Ángel Sala, director del Festival de Sitges, que sí llegó a proyectarla, estuvo incluso imputado por esta cuestión.

Lo que escandalizó a los sectores más reaccionarios fueron las salvajes escenas de violencia y pederastia, que llevaron a los responsables a presentar pruebas, fotos y muñecos para demostrar "que no habíamos matado a nadie". Spasojevic, que visita Donostia por primera vez, recordó ayer aquel calvario y explicó por qué no ha querido proyectarla en Donostia una vez que la causa contra Ángel Sala ya ha sido archivada: "La herida sigue abierta y yo, que he hecho la película, puedo asumir que esta me acarree problemas, pero no que se los cause a terceras personas".

Como protesta contra dicha censura, el público de la Semana otorgó en 2010 a la película serbia un galardón especial a favor de la libertad de expresión.