donostia. "Tiene todo lo que hay que tener: juventud, talento y una oportunidad". El análisis de la diputada de Cultura, Ikerne Badiola, corresponde al hondarribiarra Julen Zelaia, indudablemente joven a sus 17 años, con probadas cualidades musicales. Su "oportunidad" se formaliza en la concesión de la beca Nicanor Zabaleta, anunciada ayer en Donostia.

Se da la circunstancia, inédita en los 19 años de convocatoria, de que se repite por segundo año consecutivo la elección del destinatario de la ayuda de 18.000 euros, lo que, subrayaron Badiola y el responsable de la Obra Social de Kutxa, Carlos Ruiz, significa que Zelaia es "un valor importante". El jurado ha estado compuesto por el director de la Joven Orquesta de Euskal Herria, Juan José Ocón, la violonchelista Amaia García y el violinista de la Orquesta Sinfónica de Euskadi Ortzi Oihartzabal.

Gracias a la beca, el joven intérprete podrá continuar dos años más sus estudios en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid, "una de las mejores de Europa", bajo la tutela de la profesora Ana Chumachenco, de talla "mundial". "Estoy aprendiendo mucho", señaló satisfecho. Ruiz lamentó que las promesas musicales guipuzcoanas deben marcharse fuera para proseguir sus estudios de especialización, y confió ese desarrollo al "desafío" del proyecto de Musikene.

historia de un arpa La beca, que se convoca anualmente desde 1993 y está dirigida a jóvenes instrumentistas de cuerda -violín, violonchelo, viola, arpa y contrabajo-, menores de 26 años y residentes en Hegoalde, que deben presentar un proyecto de especialización, surgió a iniciativa del propio Zabaleta. La historia del arpista guipuzcoano, uno de los músicos vascos más prestigiosos de la historia, comenzó cuando su padre le obsequió un arpa adquirida en una tienda de antigüedades, a principios del siglo XX.

Zabaleta también disfrutó de una beca de la Diputación de Gipuzkoa para completar sus estudios, probablemente por eso -y por su carácter generoso- cuando el ente foral quiso dedicarle en 1993 un premio, él explicó que prefería que se convirtiera en una beca. Entonces, recordó Badiola, los instrumentistas de cuerda eran "escasos". Ahora "el panorama ha cambiado notablemente" por lo que se puede sostener que "la beca ha dado sus frutos". Ruiz propuso un "reto" a Zelaia: tocar el conocido como Triple concierto de Beethoven, escrito para violín, violonchelo y piano, acompañado por otros dos instrumentistas guipuzcoanos. "Eso lo doy por hecho", respondió Zelaia, que aspira a ser solista. "Al menos voy a intentarlo", confesó el joven músico hondarribiarra, que rubricó el acto con la interpretación de un Capricho de los que se suelen ofrecer como propina. "Ojalá -desearon la Diputación y Kutxa- lo escuchemos en el Kursaal o el Victoria Eugenia".