Íntimo y emotivo homenaje a Eduardo Chillida
Cerca de 140 personas participaron en el acto privado que recordó a CHILLIDA diez años después de su muerte
EL museo Chillida-Leku, ese espacio mágico en el que descansan la obra y las cenizas de Eduardo Chillida, fue ayer en el epicentro de los homenajes con motivo del aniversario de su muerte, acontecida tal día como ayer hace diez años.
La familia del escultor donostiarra organizó un acto de recuerdo que, bajo el nombre de Cien palabras para Chillida, convocó a cerca de 140 personas. La cita tuvo carácter privado y se celebró incluso sin la presencia de los medios de comunicación. Según algunos de los testigos del homenaje, este fue "íntimo" y tremendamente "emotivo", comenzando por la música de txalaparta con la que Felipe Ugarte recibió a los asistentes en la entrada al museo hernaniarra.
Primero contemplaron la exposición de las páginas del libro Cien palabras para Chillida, que reúne los textos que le han dedicado 126 allegados y admiradores, y después los recortes de los periódicos publicados en los días posteriores al fallecimiento del artista. Después, todos accedieron al caserío Zabalaga, decorado con grandes fotografías de Eduardo junto a sus obras y su familia, con especial protagonismo de Pilar Belzunce, viuda de Chillida, que no asistió al acto. Sí lo hicieron, en cambio, los nietos y biznietos de ambos, incluido uno nacido hace escasas semanas.
Iagoba Fanlo interpretó al chelo varias piezas de Bach, compositor de cabecera de Chillida, y dio paso a la soprano Ainhoa Arteta, que sobrecogió al público con su interpretación de Haurtxo polita. A continuación, los ocho hijos del matrimonio Chillida-Belzunce leyeron aforismos de su padre; frases como "En una línea el mundo se una, con una línea el mundo se divide. Dibujar es hermoso y tremendo" o "El horizonte es la patria de todos los hombres".
Llegó el momento de recordar varias de las Cien palabras para Chillida. Algunas las leyeron sus propios autores: Clara Janés, Carlos Aurtenetxe, Elvira González, Ricardo Pinilla... Pero también se recordaron textos de figuras ausentes como Elías Querejeta, Luis Gordillo o Fernando Savater, que causó baja a última hora por una indisposición repentina. Sentados como espectadores siguieron el acto, entre muchos otros, el exfutbolista de la Real Luis Arconada, el cocinero Juan Mari Arzak y el músico Luis de Pablo.
El cantautor Amancio Prada ofreció algunas de sus canciones inspiradas en textos de San Juan de la Cruz, que también era muy admirado por Eduardo Chillida. Y para terminar, los asistentes salieron al exterior del caserío y escogieron varios papelitos que contenían algunas de las cien palabras. Adhirieron cada una a un globo y dejaron volar las frases rumbo a lo desconocido.