La literatura vasca y catalana cautiva en los Premios Kutxa más internacionales

Donostia. La nómina de autores de los Premios Literarios Kutxa Ciudad de San Sebastián, entre los que Xabier Zabaleta, responsable de Comunicación de la entidad, confesó sentir "especial debilidad" por Roberto Bolaños, experimentó ayer cuatro nuevos fichajes: los guipuzcoanos Mikel Zubeldia y Arrate Egaña y los barceloneses Juan Retana y Oscar Sanz. La 52 edición de los galardones, una de las que más participantes ha registrado (1.250 obras presentadas), y la más internacional de su historia, reunirá a los cuatro escritores en mayo, cuando se celebrará la entrega de premios de unos relatos en los que ha prevalecido el drama, quizá bajo el peso de las descorazonadoras circunstancias actuales.

La euskaltzain Miren Azkarate, en representación del jurado del cuento en euskera, destacó la cantidad y la longitud de los relatos, mayor que en otras ediciones, y explicó la decisión del jurado por el "ritmo ágil" de Marlboro gizona, de Zubeldia (Donostia, 1972), una narración que "empuja a seguir leyendo". Contada en tercera persona, la historia tiene como protagonista a un pintor, y las texturas de la pintura alcanzan las del cuento para reflexionar sobre la "búsqueda de algo que no encuentra" y que canaliza "a través del arte". En Marlboro gizona, un relato "duro y violento", están muy presentes los conflictos del mundo actual, describió Azkarate. No supone la primera distinción para el escritor donostiarra, que figura en las páginas doradas de distintos galardones, como el Certamen de Cuentos Julene Azpeitia o el premio literario de Euskaltzaindia y BBK.

El jurado "celebró" en el cuento en castellano, la categoría en la que se registra más competencia, la "notable" cosecha de relatos . De hecho, de los tres "finalistas", "cualquiera era merecedora del premio", subrayó el escritor Alvaro Bermejo. Se decantaron por Preguntádselo a Katherina Meier, de Juan Retana, por su "magnífica plasmación" de los "bombardeos de la memoria y la identidad", tan o más severos que los reales. El autor catalán ambienta su historia en la II Guerra Mundial, en un "páramo casi nuclear", la torturada ciudad de Dresde, un emblema de la devastación. Con influjos de la "gran literatura alemana" (Mann, Böll o Kafka, mencionaron), Retana se centra en las vivencias de una joven de quince años que propicia (y comercia) reencuentros que en algunos casos más que entre personas, se producen entre fantasmas. "Es un relato de mutilaciones, del coste de la civilización", resumió Bermejo.

verdad En el teatro en euskera, el escritor de Iparralde Daniel Landart lamentó que dos de los dieciséis trabajos presentados tuvieran que ser retirados por irregularidades formales (en uno figuraba el nombre y el otro no era teatralizado). La errenteriarra Arrate Egaña, afincada en Bermeo desde hace casi dos décadas, convenció al jurado con Egia, una "inquietante" obra, sobre la confianza y la revelación de secretos en Internet. En la pieza de la autora guipuzcoana, el conflicto se desata cuando una terapeuta decide contar las verdades de sus pacientes, especialmente comprometedoras en algunos casos.

La angustia tampoco se aleja de la obra teatral premiada en castellano, De la misma pasta, aunque contiene "escenas desopilantes que distienden el drama", puntualizó Romualdo Salcedo, en representación del jurado. Oscar Sanz sitúa la trama en otoño de 1991, en un piso maltrecho de un barrio barcelonés, con una madre en estado terminal y tres hijos, con trayectorias muy distintas pero que, al final, acaban igualados (por abajo) en sus estratagemas para quedarse con la herencia de su progenitora moribunda. "Si La guía del Hermitage (Premio Kutxa en 2003) se paseó por escenarios de media Europa, esta también será un éxito, lo predigo y lo deseo", concluyó Salcedo.