madrid. A cuatro días de las campanadas que dará en Telecinco junto a su madre y Jorge Javier Vázquez, y en víspera del Día de los Inocentes, Kiko Rivera confirmó ayer en Twitter su ruptura sentimental, que rápidamente se convirtió en el tema del día en las redes sociales. Si hace apenas cinco meses utilizaban esta red para declararse públicamente su amor, ahora la han usado para hacer pública su sorprendente ruptura. Rivera, de 27 años e hijo de Isabel Pantoja, se vio sorprendido en Twitter por la noticia de que su novia, modelo sevillana de 21 años, había anunciado la ruptura en esta red a través de un mensaje que luego borró y que decía: "Después de un triste viaje de ida y vuelta a Madrid... decepcionada, desilusionada, utilizada... y un corazón destrozado". Ambos se conocieron en el programa Supervivientes, de Telecinco, y han protagonizado durante estos seis meses varias portadas en la revista Hola con el embarazo de ella, el anuncio de su boda o la pérdida del hijo que esperaban.

@Jessica_bueno90, con más de 90.000 seguidores, y @riverakiko, con más de 279.000, se enzarzaron ayer por la mañana en un cruce de tuits sobre su supuesta ruptura sentimental. Tras borrar el tuit en el que anunciaba la ruptura, Jessica Bueno publicó otro en el que aclaraba: "Lo siento he actuado bajo un arrebato... No os preocupéis, son cosas personales...". Y su ya exnovio publicó varios tuits en los que dijo, entre otras cosas, que le deseaba "lo mejor del mundo". "Todo tiene su fin... veremos quién utiliza a quién en el futuro. Yo sigo aquí buscando mi felicidad esta vez no pudo ser" (sic). Y añadió en otro mensaje: "Chicos jessi es una buena niña pero hay cosaa que no pieden ser...y mejor ahora que mas tarde.cada uno con su vida y dios en la de todos" (sic).

Según se aseguró en el programa Sálvame de la cadena de Fuencarral, la pareja llevaba varios días discutiendo y Kiko le dijo a Jessica que viajara a Madrid para recoger sus cosas. La joven condujo hasta la capital con la ilusión de hablar con el hijo de la Pantoja y solucionar las cosas. Sin embargo, cuando llegó a la casa que compartían en San Sebastián de los Reyes, Kiko no estaba para recibirla ni tampoco quiso hablar con ella.