bilbao. En las fotografías de Aitor Ortiz (Bilbao, 1971) no hay nada fortuito. "Puede ser que las circunstancias me hagan descubrir un espacio, pero no voy paseando por la calle y tomando fotografías, ni extrayendo pequeñas cosas de la realidad. Mi proceso de trabajo es más complejo". Los visitantes que acudan al Guggenheim Bilbao a partir de mañana tendrán la oportunidad de conocer el trabajo de este artista, uno de los fotógrafos vascos con mayor reconocimiento y proyección internacional, a partir de una de sus obras Muros de luz 011, que el museo expone por primera vez desde su adquisición en 2008.
La exposición forma parte de la iniciativa Laboratorios: miradas en torno a la Colección Permanente, que se inauguró en el Museo en 2007 con dos muestras dedicadas a los artistas Jesús Mari Lazkano y Koldobika Jauregi, y continuó en 2008 con la presentación de la obra didáctica Tu mundo, tu ciudad, 2003, del artista valenciano Miquel Navarro. La relación de Aitor Ortiz con el museo viene de lejos, cuando en 1995 recibió el encargo profesional de documentar fotográficamente la construcción del edificio de Gehry.
Aitor Ortiz es de formación fotógrafo, pero utiliza la imagen solo como medio. Su proceso creativo está más vinculado a otras disciplinas como la arquitectura y la pintura. "No soy un fotógrafo al uso que va captando la instantánea, no hay un disparo decisivo. A partir de instantáneas, empiezo a generar la obra como lo puede hacer un pintor o un escultor. El proceso de creación es más propio de un pintor, de alguien que construye una imagen, que de alguien que documenta esa imagen", explica Aitor Ortiz.
en markina Muros de luz 011 pertenece a la serie que este fotógrafo-pintor-escultor bilbaino desarrolló entre 2004 y 2006 realizada con una base fotográfica obtenida en la cantera de mármol negro de Markina. Aunque, como reconoce el propio artista bilbaino, el sitio es meramente anecdótico, ya que crea su propio mundo imaginario. Aitor Ortiz, que imprime sus fotografías sobre soportes tridimensionales de cristal o aluminio, de la misma manera que el pintor trabaja sobre el lienzo, fotografía cosas que le interesa sacar de contexto, de lugar, del tiempo... "Trabajo la arquitectura pero desde el ámbito de la fotografía. Por ejemplo, partiendo de las canteras de Markina he construido espacios que son irreales", afirma.
Su trabajo ha estado estrechamente vinculado a la arquitectura y al estudio del espacio. Ortiz ha fotografiado espacios en construcción y en deconstrucción. Son edificios, estructuras, casas... que están en continua transformación. En sus obras emergen pilares de hormigón sin huella humana. Se caracterizan por una fusión de elementos fotográficos, arquitectónicos, escultóricos y lumínicos que recrean un paisaje inexistente y misterioso. Inquietudes creativas que quedan patentes en esta exposición, que se acompañará de material audiovisual y que estará abierta al público hasta el 13 de noviembre.
tres trabajos Muros de luz 011 se presentará en relación con tres obras realizadas en distintas etapas de la trayectoria artística de Aitor Ortiz, que han sido prestadas al Museo Guggenheim Bilbao especialmente para la muestra. En Destructuras 049 (1995), el artista trabajó con un edificio deshabitado con la intención de abordar el fenómeno arquitectónico desde el punto de vista de la representación. En Modular Mod 015-016 (2002), se aprecia una imagen dispuesta sobre una estructura bascular que provoca en el espectador un cuestionamiento de la percepción de la imagen fotográfica. Por último, Amorfosis 001 (2009) muestra el interés del artista por explorar la relación entre fotografía, espacio y percepción.