Bocetos y apuntes
Lugar. Galería Ekain Arte Lanak (C/ Iñigo 5, Donostia). Fechas. Hasta el sábado, día 9. Horarios. De martes a sábado, de 11.30 a 13.30 horas, y de 17.30 a 21.00 horas. La exposición. Alrededor de 40 bocetos y apuntes realizados sobre papel y plasmados en muchos casos en murales repartidos por Gipuzkoa, desde obras de inspiración religiosa y mitológica hasta temas de cierto aire costumbrista. El autor. Nació en Tolosa el 1 de mayo de 1927. Pertenece a la generación de artistas formados en los años de la posguerra, que miran a París como referente. Falleció el pasado 24 de marzo.
Poco antes de su reciente fallecimiento, la galería Ekain de Donostia había organizado una excelente muestra de bocetos y apuntes del pintor guipuzcoano Miguel Ángel Álvarez (Tolosa, 1927-Donostia 2011), compuesta por obras de las décadas de los años 60 y 70, que su hija Gala guardaba con esmero. Se trata en su mayoría de dibujos rápidos y muy sueltos que Álvarez realizó en París, así como de diversos bocetos que el autor creó para diversas iglesias de Donostia y para diversas empresas culturales, deportivas, e industriales de Gipuzkoa.
Destacan de entrada unos cuantos dibujos de mujeres en el mercado y mujeres en la cocina, rápidos y bien trazados en negro y con manchas negras, realizados en París, así como varios dibujos de mujeres pintando, realizados a base de acumulación de rayas y muy bien realizados. También son de esta época tres buenos retratos, realizados con gran soltura del pintor Amable Arias. El gran dibujante que hay en Álvarez le lleva a marcar con muy pocos trazos y muy expresivos el perfil del retratado.
En una línea más cubista se mueven el resto de los bocetos y apuntes realizados para diversas iglesias de Donostia: San Sebastián, San Martín, así como para diversas empresas culturales, deportivas, e industriales de Gipuzkoa: frontón Balda, cine Savoy, cine Leidor, cine de Beasain, empresas de Bidebieta y Leaxpi. Su cubismo sintético le lleva a preocuparse de dar una cierta volumetría a las figuras, herencia de Picasso, Vázquez Díaz, y Aurelio Arteta, una herencia que cuajó en la mayoría de los artistas del País Vasco en la postguerra, y que se ha consolidado en nuestras tierras. Y hace lo mismo con las figuras religiosas -Vidriera, Emaus, Última Cena- que con las civiles (Pelotaris, Obreros, Pescadores, Vendimia, Hilandera de Deba, Puerto de San Sebastián...). A él le interesa sobre todo la forma y el volumen, el color le sobra. Ya se lo echaba en cara su maestro Ascensio Martiarena.
Álvarez se muestra también muy bien dotado para las composiciones abstractas; aunque no le atraían nada, pero las respetaba. Los pocos bocetos abstractos son muy finos y delicados, como el gran mural del cine Savoy de Donostia, hoy por desgracia desaparecido. En el fondo de la galería se ofrece una espléndida colección de desnudos femeninos y de parejas, de gran calidad artística y alto contenido sensual, que todavía poseen precios más que asequibles. El artista ya lo decía: "Lo mejor que ha hecho Dios en la creación es la belleza del cuerpo de la mujer".