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Un ave entre los caballos de Ekain

Las excavaciones realizadas en los últimos años en el sitio prehistórico más conocido de Gipuzkoa han dado con un contorno de hueso recortado con forma de animal, un hallazgo de gran interés que lo relaciona con otros yacimientos de la franja atlántica.

Identificarlo no resulta fácil del todo, al menos a primera vista. La percepción inicial puede llevar a pensar que se trata más bien de un trozo de madera, con llamativos surcos que recorren su superficie plana. Algo que no se corresponde con la realidad. Tal y como el lector puede comprobar en la imagen inferior, la extraña figura cuenta con unas modestas alas y unas cuidadas hendiduras que simulan el plumaje de un pájaro.

Al fijarse con más detenimiento, uno se da cuenta de que el último hallazgo del yacimiento de Ekain representa, efectivamente, un ave. Un animal que fue plasmado en este curioso amuleto por algún habitante de la emblemática cueva del valle zestoarra de Sastarrain hace casi 14.000 años, ocho siglos antes de que se dibujara en la misma cavidad lo que se conoce como "el conjunto de caballos más perfecto" de todo el arte cuaternario.

El descubrimiento fue presentado ayer en Ekainberri por el arqueólogo Jesús Altuna y la directora foral de Patrimonio, Pilar Azurmendi, en un acto en el que dieron a conocer las novedades del conjunto museístico para los próximos meses. Los visitantes tendrán acceso a partir de esta primavera a los detalles de esta nueva joya que permanecía escondida bajo tierra en Ekain.

Analizado en Suecia

Primera ave

En septiembre de 2009, el equipo de Jesús Altuna realizaba excavaciones en la entrada de la cavidad -esta nueva fase investigadora había comenzado en 2008-, cuando se encontraron con esta pieza hecha a partir de "una costilla de bisonte o uro (especie de toro salvaje)". A su lado, según detalló el prestigioso antropólogo, hallaron un hueso "no determinable" que pudieron enviar a los laboratorios de la Universidad de Uppsala (Suecia). El resultado: el amuleto fue creado hace 13.862 años.

"Las piezas de este tipo halladas hasta ahora contienen cabezas de grandes mamíferos como bisontes, sarrios y ciervas. Es el primer caso en Europa en el que se representa un ave", valoró Altuna. Y es que los hallazgos de estos "contornos recortados" son numerosos desde la Dordoña francesa hasta Iparralde. En Isturitz (Lapurdi), por ejemplo, se encontró "una magnífica serie" de amuletos con forma de caballo. Recientemente, también se han hallado figuras de esta clase en Asturias y Cantabria, todos ellos pertenecientes al Magdaleniense Medio. El hallazgo de Ekain, según destacó Altuna, "vincula" el valle de Sastarrain a esa cadena.

En su opinión, estas creaciones demuestran que se trata de una "época de gran relación" cultural en toda esa franja atlántica. "Coger un hueso plano, modelarlo de forma semejante y colocarlo como amuleto en el cuello exige una comunicación cultural", justificó.

El "contorno recortado de ave", tal y como fue presentada la pieza, está construida a partir de una costilla de gran bovino, cuando la mayor parte de este tipo de representaciones está realizada en hioides de caballo -un hueso de la mandíbula de los mamíferos-. Su autor cogió el hueso, lo partió, lo lijó con ayuda de un utensilio e imprimió unos surcos realizados con sílex. El resultado es un ave 6,6 centímetros de longitud y 1,9 de anchura, elaborada con una "perspectiva torcida" que dibuja la espalda, por un lado, y el vientre, por otro.

Las distintas hendiduras podrían representar los diferentes colores y formas del plumaje del pájaro, según desveló Altuna. La pequeñez de las alas, probablemente, se deba a que la costilla "no tenía más anchura", según analizó el arqueólogo.

Aunque reconoció que la identificación del ave es "difícil", Altuna ofreció varias hipótesis. Tras descartar que se trate de un pájaro "en actitud de zambullirse" en el agua o de un cuco, se aventuró a decir que "recuerda a las anátidas", probablemente un "ganso salvaje" o una "gavia arctica", ambas comunes en aquella época en estas latitudes. "Pensamos que sería un amuleto que se llevaba colgado en el cuello", concluyó Altuna.

Hasta que la réplica del ave pueda ser expuesta en Ekainberri, una serie de paneles y un vídeo mostrarán el nuevo hallazgo a los visitantes. Será el Centro de Patrimonio del Gobierno Vasco quien decida, tras previa solicitud de la Fundación Ekain, quién se encargará de la realización de la copia que espera poder mostrarse ya este verano en la sala de exposiciones de Ekainberri.