NACIÓ el 22 de septiembre de 1961, el año en que Marlon Brando ganó la Concha de Oro por El rostro impenetrable. Entonces el Festival se celebraba en julio, aunque desde 1973 José Luis Rebordinos siempre celebra su cumpleaños durante el Zinemaldia. Al recordar su niñez recalca que vivía en Errenteria, aunque suele decir que antes es de Beraun. Y también "ciudadano adoptivo" de Donostia y de Gaztelu, donde reside en la actualidad. Estudió en los Corazonistas, centro del que guarda mal recuerdo por el trato y la presión psicológica a la que les sometían los religiosos, y en el colegio Larramendi, donde la experiencia fue bastante mejor.

experiencia profesional

Primeras películas

Parece lógico que alguien que en 49 años de vida ha visto cientos de películas confunda las ficciones que apuntalaron su imaginario infantil. "Las mezclo un poco porque con mi abuela iba al cine para niños de Errenteria. Allí vi algunas películas de Fu Manchú, que me fascinaban y me daban un miedo terrible. Y a los curas de Don Bosco les debo haber visto cosas como Terror en el espacio o Brandy (El sheriff de Losatumba), de Borau", recuerda entre risas.

Tendría quince años cuando en las sesiones dobles de su pueblo pudo ver filmes de Sam Peckinpah como Quiero la cabeza de Alfredo García mezclados con películas S de Jess Franco. "Luego hay otras que me marcaron mucho y que veía en la televisión francesa, como El séptimo sello de Bergman. De él también me inquietó El silencio, que marcó un antes y un después porque era durísima y mostraba una sexualidad que no conocía". Bertolucci, Pasolini o Rossellini son otros cineastas imprescindibles que forjaron su educación sentimental. Su incontenible voracidad cinéfila le llevó a fundar con varios compañeros el cineclub King Kong de Errenteria.

Con 17 años aprobó una oposición para trabajar como botones en Kutxa, terminó COU y cursó Ciencias de la Educación y tres años de Psicología en Zorroaga. Pasó una década empleado en distintos puestos de la entidad de ahorro hasta que en 1988 el director del Patronato de Cultura, Miguel Sagüés, reunió a un grupo de gente para crear una programación de cine alternativa que culminó en la iniciativa Nosferatu. Sacó la plaza de responsable de la Unidad de Cine y el resto es historia: 21 años en Donostia Kultura donde ha conseguido dinamizar la vida cinematográfica de la ciudad y levantar dos citas ineludibles: la Semana de Terror (21 ediciones) y el Festival de Cine y Derechos Humanos (8).

Desde hace quince años también ha formado parte del comité de dirección del Zinemaldia en parte del mandato de Diego Galán y en toda la era Olaciregui. En septiembre dirigirá la 59ª edición del certamen.