donostia. El maestro Valery Gergiev y la Orquesta Sinfónica del Teatro Mariinsky ofrecieron ayer en el Kursaal el tercer y último concierto de la presente edición de la Quincena. En esta ocasión, la prestigiosa formación contó con las voces del Orfeón Donostiarra para interpretar Romeo y Julieta, una pieza emblemática de uno de los compositores clave del periodo romántico, Héctor Berlioz. Basada en la obra homónima de William Shakespeare, se trata de una sinfonía dramática, de gran escala, escrita para solistas, coro y orquesta. En la imagen, Gergiev dirigiendo a la orquesta de San Petersburgo con el Orfeón al fondo. Foto: gorka estrada