Urdax exhibe las "Caligcromías" de Iñaki Ruiz de Eguino
La muestra, que también incluye esculturas, podrá verse hasta el 30 de septiembreLa obra que acoge el claustro del monasterio navarro parte de diversas referencias artísticas para trazar "una nueva vía"
pamplona. El artista guipuzcoano Iñaki Ruiz de Eguino exhibe en el claustro del Monasterio de Urdax sus Caligcromías, una serie de pinturas inéditas hasta la fecha en la que incorpora elementos de diversas tradiciones artísticas de los siglos XIX y XX en su búsqueda por la unicidad del espacio. La muestra, inaugurada recientemente, podrá verse en la localidad baztanesa hasta el próximo 30 de septiembre.
Una selección de esculturas de formato medio acompaña a la última producción pictórica del creador. Una propuesta en la que ha trabajado a lo largo de ocho años y que, después de dejar Navarra, visitará sendas galerías privadas de Zaragoza y Madrid de manera consecutiva.
En esta ocasión, Ruiz de Eguino, en su reflexión en torno al espacio y su unicidad, ha querido dotar a la pintura de una dimensión sensible, no sólo estética. Cada lienzo desprende un efecto lumínico peculiar, rompiendo con la estructura composicional. En este sentido, el artista señala que ya desde el título, Caligcromías, se intuye que la serie pretende aunar dos conceptos: el dibujo y el color. Pero eso es sólo la superficie de un proyecto que va mucho más allá, y que, como dice su autor, contiene más "carga de profundidad". Y es que se ha apoyado en diversas referencias artísticas para trazar su propio camino pictórico.
"Antes de desarrollar mi obra pienso mucho en qué voy a trabajar", comenta, y, en este caso, la idea era "crear una pintura lo más complementaria posible"; de ahí que haya tomado "los efectos de la cromoterapia y su relación con la pintura impresionista", junto con el expresionismo abstracto americano surgido tras la segunda guerra mundial, mezclado con la caligrafía automática, "concepto que manejaba el movimiento surrealista".
Todo ello, grafismos y color, se funde en un conjunto que pretende alcanzar el espacio unificado. "Sin renunciar a los movimientos artísticos anteriores, quiero abrir nuevas vías", indica Ruiz de Eguino, para quien estas pinturas aspiran a ser "lo más complementarias posibles", ya que "ponen en danza" elementos propios de otros momentos de la historia del arte, pero que en este caso adquieren un nuevo objetivo. La composición final genera piezas con una textura especial, confiriéndoles, casi, la condición de vidrieras.
carga telúrica La exposición del claustro del Monasterio de Urdax es para el artista donostiarra "muy especial" porque se aloja en un espacio "emblemático", en uno de esos rincones con los que el valle de Baztan sorprende al visitante. Y no sólo por la importancia histórica que el edificio y su entorno tuvieron en la historia de Navarra, sino también por su gran carga "esotérica y exotérica", conceptos que interesan mucho al escultor. "Me parece un espacio muy peculiar por su aspecto telúrico", al ser un enclave rodeado de montes, agua, valles, lo que le imprime "un carácter espiritual que entronca con el fundamento de mi trabajo", que no es otro que capturar "el lugar al que, tras el juicio final, se encontrarán todas las almas".
Más en Cultura
-
“Me parece un milagro que los gaztetxes sigan existiendo”
-
Adrenalized dice adiós después de casi 25 años
-
La carta con la que Buñuel declinó asistir al Zinemaldia de 1960 y otras joyas del archivo del Festival
-
La Diputación estudia reforzar la cubierta de la Universidad de Oñati, tras el impacto de un rayo