Isabel II se coge diez semanas de vacaciones

LA reina Isabel II de Inglaterra no es igual que el resto de los mortales. Por eso, se coge unas vacaciones mucho más largas: directamente dos meses y pico. Para Isabel II ahora arranca la época más hermosa del año. Será a "fines de julio". Su portavoz en el palacio de Buckhingham no quiso ser más preciso, pero en unos días la monarca iniciará sus vacaciones estivales en el castillo de Balmoral, en Escocia. Las vacaciones de Su Majestad duran unas diez semanas y su regreso a Londres se calcula para principios de octubre. No está de más apuntar que la soberana ya tiene 84 años y en realidad no debería seguir trabajando. Asimismo, hay alguien a quien le gustaría asumir sus tareas y hace tiempo que está a la espera.

Además, estas son las únicas vacaciones largas que la reina se coge. El 20 de diciembre se despide tradicionalmente con una fiesta de Navidad y se desplaza al castillo de Sandringham, al Este de Inglaterra, pero regresa el 6 de febrero. ¿Y por qué el 6 febrero? "Es la fecha en la que murió su padre, el día en el que ella se convirtió en reina", explicó su portavoz. Pero, ¿qué tienen que ver las vacaciones con el aniversario de la muerte de padre? Este tipo de preguntas son cuestiones que sólo puede plantear un extranjero. La razón es la misma por la que Wimbledon siempre comienza seis semanas antes del primer lunes de agosto. Sencillamente es así. Y cuando la reina no está de vacaciones, se va de fin de semana largo al castillo de Windsor. Suele ser de viernes a mediodía hasta el lunes a mediodía. Y pese a todo, anualmente acude a unos 350 actos oficiales. "Además, cuando está de vacaciones abre a diario su red box", subrayó el portavoz. Esa caja roja es un maletín a prueba de bombas en el que los miembros del Gobierno depositan los documentos importantes. ¿Y por qué es rojo? Sencillamente es así. ¿Y realmente lo abre todos los días? "Seguro", dijo el portavoz, que seguidamente apuntó: "Menos en navidades". Como se puede comprobar, la reina es una mujer de costumbres fijas. Siempre viaja a los mismos lugares. Así es como mejor se relaja y puede llevar la vida privada de una mujer, en cuanto esto sea posible para una reina. En Balmoral puede suceder que aparezca con una bandeja en las manos en la cafetería de los visitantes del palacio. Si hay suerte se la puede ver por la zona. Más de un turista se ha topado con la monarca, por ejemplo, en una cascada.

Balmoral es la residencia de vacaciones de la realeza desde tiempos de la reina Victoria, que reinó entre 1837 y 1901. A su marido, Alberto, le gustaba acudir a este lugar rodeado de bosques, ya que le recordaban a su patria alemana. Pero no todo el mundo sueña con unas vacaciones en Balmoral, donde las noches pueden ser largas y hay que ocupar el tiempo. Tony y Cherie Blair concibieron en Balmoral a su hijo pequeño. Según cuenta la ex primera dama británica en sus memorias, se trató de un accidente. Ella no había empaquetado los anticonceptivos porque la seguridad inspecciona hasta el neceser, y entonces todos se enterarían de que tomaba precauciones y que, por lo tanto, tenían una vida sexual activa (...) Además, hacía muchísimo frío. "Y una cosa llevó a la otra", relata en la biografía. Pero bueno, tampoco es preciso saber más detalles. Y en lo que a la reina concierne, a ella le encanta Escocia. En una ocasión, un urogallo al que habían disparado le cayó sobre el hombro y le provocó una magulladura. Otra vez, dos personas que iban en un vuelo sin motor aterrizaron sobre el césped de su área de críquet mientras ella tomaba el té, pero la reina no deja que su tranquilidad se altere por ese tipo de bagatelas.