CUANDO el día de San Fermín Piti y Sarri huyeron de la prisión de Martutene escondidos en el interior de sendos bafles, difícilmente podían imaginar que su fuga estaba a punto de convertirse en una de las canciones más bailadas y coreadas del último cuarto de siglo. Ocurrió tal día como hoy, hace 25 años. El difunto Imanol Larzabal ofreció un concierto en la cárcel donostiarra que fue aprovechado por el entonces escritor y crítico teatral Mikel Antza para organizar la huida de los miembros de ETA Joseba Sarrionandia e Iñaki Pikabea, el primero condenado por su participación en un secuestro y el segundo por su implicación en el asesinato en 1977 del concejal de Irun Julio Martínez Ezquerro.

La rocambolesca fuga de 1985 ha sido mil y una veces contada y el paradero de Sarri, que todos los años acude puntualmente a su cita con los lectores euskaldunes, continúa siendo una incógnita. Pero, ¿cómo se produjo la metamorfosis de una historia real en la perenne tonada que el grupo Kortatu tituló Sarri, Sarri?

Generación casi espontánea

La génesis fugaz de una canción

Fermin Muguruza, vocalista y líder del grupo, confiesa que tan pronto como tuvo noticia de la gran evasión supo que "el acontecimiento debía tener su canción". Y la tuvo en el fugaz plazo de un mes.

Fermin tomó prestada la música del pegadizo reggae Chatty Chatty, un tema de los jamaicanos Toots and the Maytals, y aceleró su melodía a ritmo de ska y punk. Escribió la letra de la primera estrofa en castellano, y como en julio asistía a un curso intensivo de euskera, su irakasle Lurdes le ayudó con la traducción. Después pidió ayuda a Josu Landa, que había pasado dos semanas encarcelado en Martutene hasta que se demostró que no tuvo nada que ver con la huida. En esos días, fue testigo de la euforia que el suceso originó intramuros y él podía aportar a la canción un tono de celebración.

"Josu se encargó de la segunda estrofa -la que alude a la presencia de un equipo de radio en la cárcel- y la tercera la hicimos entre los dos, pues yo la tenía escrita en castellano y se fue transformando al traducirla. Por ejemplo, yo había escrito que los pañuelos de San Fermín cubrían el cielo de rojo, y después San Fermín desapareció por problemas de métrica. Todo eso lo escribí el 8 de julio cuando leí en Egin las reacciones de alegría que se habían desatado en toda Euskal Herria, especialmente en Iruñea, donde se contaba cómo la gente lanzaba los pañuelos al aire, y Durango, donde hubo una manifestación celebrando la huida y se pudo ver una pancarta con la inscripción "Biba Tu", que yo acuñé para la canción muy a pesar de mis irakasles de euskera", bromea.

En agosto, los hermanos Fermin e Iñigo Muguruza y Treku entraron en los estudios Tsunami de Donostia para grabar su primer álbum en solitario, Kortatu (Soñua, 1985), que incluía temas como Jimmy Jazz, Nicaragua sandinista o La familia Iskariote. Sólo registraron dos en euskera: Zu atrapatu arte y Sarri, Sarri, que duraba cuatro minutos. El disco, alumbrado en la edad de oro del llamado rock radical vasco, se publicó antes de finalizar el año.

Pogo y ska en hondarribia

Un "barullo" de vídeo

Y casi con la misma urgencia con la que fue orquestada la canción se perpetró su videoclip, que puede encontrarse fácilmente en Youtube. En él, Kortatu toca Sarri, Sarri en un abarrotado gaztetxe de Hondarribia al que llegan, tras una apresurada huida, Antza, Piti y Sarri, que se incorporan a la celebración y bailan un híbrido de pogo y ska junto a un montón de jóvenes alborozados.

El periodista Hasier Etxeberria hizo de "puente" entre Kortatu y el equipo de grabación, reunido bajo el nombre de Tipula Beltza. El realizador fue Txabi Basterretxea, Sistiaga y Gallego llevaron las cámaras y Gorka Basterretxea interpretó el papel de Antza. "Ahora es uno de los dueños de la librería Zuloa de Vitoria. A Sarri y Piti los encarnaron los hermanos Guevara; uno es bibliotecario en Hondarribia y otro atrezzista en ETB. Entonces todo era posible", apunta, divertido, Etxeberria.

Recuerda la filmación como "un barullo" acorde a la época y reconoce que, aunque visto hoy el trabajo es "un poco primario", en su día "tuvo su salsa". No en vano, fue premiado en el primer concurso de vídeos musicales de Vitoria. Además, el periodista asegura que la fuga de Martutene produjo una alegría colectiva en buena parte de la sociedad vasca. "Y en muchos casos no porque los fugitivos fueran de ETA, sino porque la huida fue como de cómic, una burla a la autoridad. Eran otros tiempos", sostiene.

Patxi López, "loco" con kortatu

15 años sin tocar "Sarri, Sarri"

La canción funcionó, según rememora Muguruza, como "un torpedo". No había fiesta, gaztetxe o verbena en que su ritmo skatalitiko no contagiara a los presentes. Incluso el lehendakari melómano confesó a la revista Rolling Stone haber danzado al ritmo de Sarri, Sarri en sus años mozos. "Cuando el rock radical vasco, Kortatu me volvían loco", declaró Patxi López que, como tantos otros, tardó en reparar en el verdadero significado de la letra.

Si a Hasier Etxeberria Sarri, Sarri le parece "un símbolo", para el conductor de La Jungla Sonora, veterano programa musical de Radio Euskadi, el tema "marca un momento crucial en el desarrollo de una banda histórica" que 25 años después no ha dejado de vender discos y camisetas. A juicio de Joseba Martín, que casualmente trabaja en una tesis doctoral titulada El rock de las noticias. Cuando la actualidad se convierte en canción, sólo temas como Eh Txo!, de Hertzainak, o Rula, de Potato, pueden acercarse a la importancia que el himno de Kortatu tiene en la historia de la música vasca.

Sin embargo, el éxito que alcanzó la canción hizo que los Muguruza terminaran "detestándola por haberse hecho demasiado pegadiza". "Todos los grupos de verbena la tocaban, así que dejamos de interpretarla cuando salió el disco Kolpez Kolpe en 1988. Desde ese año hasta la gira con Manu Chao en el 2003 no volví a tocarla, ni con Kortatu, ni con Negu Gorriak, ni con mi proyecto en solitario Dub Manifest", comenta. La recuperó quince años después, espoleado por Chao, que le propuso rescatar los dos temas míticos de Mano Negra y Kortatu, Mala Vida y Sarri, Sarri. Después de esa gira, sólo ha realizado dos, en 2004 y 2007, y Sarri, Sarri era siempre el último bis. "La tocamos como declaración de principios ante el ataque contra la libertad de expresión de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), que intentó censurarla", concluye.

El enigmático protagonista de Sarri, Sarri nunca ha roto su vínculo con la música euskaldun y desde su exilio ha permitido que sus versos vistan las melodías de intérpretes como Ruper Ordorika, Mikel Laboa o Jabier Muguruza. Tal vez no esté muy lejos el día en que alguno de ellos le devuelva el favor componiendo una canción que glose el regreso de Sarrionandia a una Euskadi en paz.