"Nadie quiere abandonar su país si vive en él con un mínimo de dignidad"
Paskaljevic recibe el premio del festival por su actitud comprometida El último filme del director serbio, "Honeymoons", inauguró ayer el certamen
Donostia. El realizador serbio Goran Paskaljevic (Belgrado, 1947) recibió ayer el premio especial del VIII Festival de Cine y Derechos Humanos, que se inauguró ayer con la proyección de su última película, Honeymoons. La organización del certamen decidió otorgarle la distinción -antes la recibieron Pilar Bardem, Elías Querejeta y José Luis Borau- por su condición de "cineasta comprometido con su tiempo" y de artista "apegado a la realidad del mundo en el que vive".
Así lo definió el concejal de Cultura, Denis Itxaso, que acompañó al director del festival, José Luis Rebordinos, en la entrega del galardón. Este último afirmó que Paskaljevic "conoce bien la ciudad" porque ha competido en el Zinemaldia donostiarra en dos ocasiones. Ayer se mostró "emocionado" por haberse convertido en la primera figura internacional en conseguir el premio de derechos humanos de la capital guipuzcoana. "Me siento menos extranjero, casi español", bromeó antes de destacar la "importancia" que tienen citas como la de San Sebastián.
la inmigración Honeymoons, ganadora de la Espiga de Oro en el último Festival de Valladolid, aborda las historias de dos parejas jóvenes que no se conocen y que abandonan sus respectivos países, Albania y Serbia, con un mismo objetivo: llegar a Europa para intentar vivir su amor prohibido. En la frontera, sin embargo, las cosas se complicarán más de lo que desean...
El director de títulos como La otra América (1995) o Sueño de una noche de invierno (2004) definió su último trabajo como "una película de amor con compromiso". De nuevo, ha revisitado temas referenciales de su filmografía -la inmigración, la guerra, la xenofobia- para contar una historia sin demasiado espacio para el optimismo.
Sin embargo, Paskaljevic aseguró que "hay cierta esperanza" en el hecho de haber reunido a un equipo de serbios y albaneses para rodar la primera producción de la historia entre ambos países, tradicionalmente enfrentados. "Hay que trascender los problemas porque el odio no es creativo, sólo genera destrucción", subrayó.
más tranquilo Paskaljevic, que el jueves celebró su 63º cumpleaños en Donostia, confesó estar ahora "más tranquilo" que en los tiempos en que ejercía de azote de Milosevic. Recordó que tras mostrar su "profundo rechazo" al asedio de Sarajevo tuvo que abandonar su país acusado de traidor y sólo regresó tras la caída del régimen, cuando Serbia empezó a experimentar un "cambio". "Desgraciadamente, los seguidores de Milosevic están ganando espacio en la nueva democracia comprando el país y los medios de comunicación. La sociedad está dividida y algunos añoran los viejos tiempos", lamentó.
Esa insoportable situación le llevó a dejar Serbia otra vez y a instalarse de nuevo en Francia, aunque tiene claro que "nadie quiere abandonar su país si vive en él con un mínimo de dignidad y puede llevar una vida normal". "Puede que esto suene un poco romántico, pero la única solución es ayudar a desarrollarse a los países que lo necesitan para sus habitantes tengan cierta calidad de vida. Sólo de ese modo no sentirían la necesidad de marcharse", señaló.
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