Donostia. Después de cuatro nominaciones, la donostiarra Marta Etura se hizo con un Goya, el de mejor actriz de reparto por su trabajo en Celda 211, la gran triunfadora de la noche. La intérprete dedicó el galardón al equipo de la cinta de Daniel Monzón. "Esto ha pasado porque cada uno de nosotros ha dado lo mejor", dijo. Además, recordó a su padre y deseó que su alegría le sirviera para superar "por lo que está pasando". También tuvo palabras para su "maestra" Cristina Rota y su amor -Luis Tosar que también se llevó el Goya a mejor actor- "por quererme tan bien".
Por su parte, Alberto Iglesias se hizo con su octavo Goya por sus composiciones en Los abrazos rotos de Pedro Almodóvar. No falló en esta ocasión como tampoco lo hizo las tres que el donostiarra ha estado nominado con una película dirigida por el cineasta manchego, a quien dedicó el premio porque "trabajar con él es como si fuera la primera vez por la ganas que transmite".
No tuvo suerte Borja Cobeaga, nominado a mejor director novel por Pagafantas, que se tuvo que conformar con el abrazo de consolación que le dio la ganadora Mar Coll (Tres días con la familia) y tampoco para Gorka Otxoa, candidato a mejor actor revelación.
Celda 211, con 16 nominaciones, fue la ganadora absoluta con ocho premios: mejor película, mejor director para Daniel Monzón, mejor actor para Luis Tosar, mejor actor revelación para Alberto Ammann, mejor actriz de reparto para Marta Etura, guión adaptado, montaje y sonido.
Ágora, con trece nominaciones, se hizo con siete, la mayor parte premios técnicos: efectos especiales, maquillaje y o peluquería, diseño de vestuario, dirección de fotografía, dirección artística -casualmente la mayor parte de quienes recogieron los galardones hablaban inglés en la fiesta del cine español-, mejor guión original y dirección de producción.
La sorpresa de la noche fue la aparición en el escenario de Pedro Almodóvar para entregar el premio a mejor película. "Tenemos un presidente muy pesado y me propuso hacerlo en plan espía", aseguró el director de Los abrazos rotos escenificando su reconciliación con la Academia.
El presidente "pesado" de la Academia, Álex de la Iglesia, pidió humildad en el discurso habitual de una gala en la que Andreu Buenafuente destacó. "No somos tan importantes, importante es salvar vidas en un hospital, eso sí que debería tener trascendencia mediática", afirmó el bilbaino.
Sin embargo, reivindicó el buen año del cine español al asegurar que el público ha ido a ver "nuestras películas más que nunca, nos han dado una oportunidad y hay que aprovecharla", dijo. "Los del cine sabemos que nada puede detener nuestro sueño. Vamos a por ello. Fuerza y honor", concluyó.
El baile de la Victoria de Fernando Trueba fue la gran derrotada de la noche ya que no obtuvo ningún galardón a pesar de sus nueve nominaciones.